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  • Christian Felipe Guerra /

NUEVOS PROFESIONALES: ¿PREPARADOS O EXPERTOS?


Foto: Ryo Hirosawa

Según una encuesta reciente del Observatorio Laboral para la Educación, el 40% de los recién graduados afirma no ser contratado por falta de experiencia laboral. Al mismo tiempo, se compensan con mejores salarios los títulos obtenidos en la academia.


Cada año, según datos oficiales del Ministerio de Educación, en Colombia se gradúan alrededor de 198 839 egresados de las principales instituciones de educación superior. Los informes oficiales también señalan que muchos de los egresados no se sienten lo suficientemente preparados para entrar al mercado laboral y cumplir con el rol de profesional.


En efecto, luego de terminar la universidad, para muchos la búsqueda laboral se torna muy complicada y lo vinculan a distintos motivos. Algunos egresados consideran que la falta de experiencia juega un papel importante a la hora de hacer una práctica en una empresa, pues para la misma vacante se presentan entre 10 y 15 personas con el mismo perfil.


Camilo Gómez, Director de Extensión de la Fundación Autónoma de las Américas, señala que “los profesionales tienen un enorme reto en términos de inserción al mundo laboral, pero este gran desafío no lo deben resolver solos los graduados. Existe una corresponsabilidad absoluta también con empleadores, instituciones de educación superior, agremiaciones y el Estado mismo. Al egresado lo estamos lanzando al mercado laboral para que trabaje donde mejor se acomode y esa responsabilidad la asumen hoy por hoy las universidades con alternativas tan importantes como las escalas de mínimos salariales”.


Una realidad que de alguna manera contrata con esta iniciativas es la que describe Ana Saldarriaga, coordinadora de la Oficina de egresados e inserción laboral de la Institución Universitaria Salazar y Herrera: “hay un gran porcentaje de recién egresados que consideran que lo importante es adquirir una experiencia laboral y aceptan condiciones salariales mínimas, siempre proyectándose a que, al obtener la experiencia requerida por el sector empresarial, podrán postularse a un mejor empleo e igual o mejor salario y, como consecuencia de ello, vemos profesionales recién egresados ofrecer su servicio por un salario de $800 o $900 mil”, afirma.


La academia y diversas entidades como Innova y Ruta N, han buscado soluciones para que los nuevos profesionales se integren al mercado laboral, promoviendo ferias de trabajo, capacitaciones para la creación de empresa y otras actividades que permiten a los jóvenes conocer las nuevas dinámicas del mercado. Carlos Mario Patiño, presidente de Solyner, empresa del sector farmacéutico, considera que “los jóvenes universitarios deben entender que la academia es tan solo uno de los pasos de su formación personal; pero la práctica es donde pueden saber cómo están frente al mercado laboral”.


En contraste, Isabel Gómez, jefa del Centro de Egresados de la Universidad Eafit analiza: “haciendo un análisis de la situación económica del país, podría decirse que los temas de inflación y los fenómenos económicos impactan directamente los salarios ofrecidos en las bolsas de empleo. Es claro que los salarios ofrecidos vienen bajando un poco, esto sumado a que las empresas, cada vez más, exigen profesionales muy destacados y calificados, con mayores niveles de estudio, además del bilingüismo”.


Una de las personas que cree que los títulos universitarios ya no son tan significativos como en otros años es Laszlo Bock, responsable del departamento de Recursos Humanos del gigante Google; quien afirma que en su compañía la gran mayoría de sus ejecutivos y practicantes son personas con altas demandas en la resolución de problemas y con la rapidez de analizar los diferentes entornos y cambios que surgen en el mercado a diario.


El mundo cambia a un ritmo frenético: lo que antes era útil, hoy es cuestionable y puede que después sea un producto en desuso. Las dinámicas del mundo laboral llegan a cuestionar la pertinencia de la formación profesional. Martín Rodríguez, profesor de historia moderna, en la Universidad de Antioquia, opina que “las actuales reformas universitarias reflejan un materialismo que está afectando la génesis de la universidad, que se remonta a más de 900 años”.


Rodríguez se refirió a la manera como las presiones externas de la economía y el sector empresarial han ido creando un "Homo economicus" cuya preparación ha afectado la esencia de la universidad. Señaló que desde la fundación de la Universidad de Bolonia en 1088, uno de los propósitos de estas instituciones ha sido la de brindar un beneficio a la comunidad en general, mediante la educación a los estudiantes.


Al tiempo que las universidades se esfuerzan en elevar y sofisticar el nivel de sus programas de formación, para las empresas ya no es suficiente contar con un recién egresado teóricamente bien preparado porque exigen personas con herramientas para desenvolverse en la realidad laboral. El debate sigue abierto.


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