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  • Sebastián Carvajal Bolívar /

La pandemia complicó las tareas de la Escuela contra la drogadicción

“Nosotros estamos en una lucha contra las adicciones, el consumo, los malos hábitos, las malas conductas”: Fabio Villa Rodríguez, director de la Escuela contra la Drogadicción.


Por: Sebastián Carvajal Bolívar / sebastian.carvajalb@upb.edu.co


La Escuela contra la Drogadicción fue uno de los proyectos que dejó iniciado el exgobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez. La Asamblea departamental aprobó su creación mediante la Ordenanza 24 del 14 de noviembre de 2018 y el 26 de diciembre de 2019 fue inaugurada, cinco días antes de terminar el anterior mandato. La sede ocupa un terreno de 25 mil metros cuadrados, donde antes funcionaba la Hostería Llanogrande, en Rionegro, en un predio que el departamento adquirió luego de un proceso de extinción de dominio.


Contexto habló con el actual director de esta escuela, el sociólogo, exconstituyente y exconcejal de Medellín, Fabio Villa Rodríguez, quien fue nombrado por el gobernador de Antioquia Aníbal Gaviria el 1 de junio. Entre sus proyectos está la terminación de las reparaciones locativas, dotar la sede con los implementos necesarios para hacer investigación, buscar más fuentes de financiación y apoyar el trabajo de las entidades públicas y privadas en el manejo de las adicciones. Esto fue lo que dijo sobre el papel que tendrá la Escuela en la actual administración.


La Escuela se inauguró en diciembre de 2019. ¿Qué actividades han desarrollado desde entonces en los últimos seis meses?


La Escuela ha utilizado esta etapa básicamente para, por un lado, organizarse, montarse como institución, nombrar las personas que vamos a estar trabajando y definir su plan de acción, sus tareas y, por otra parte, organizar toda la parte locativa de este espacio. Podría decir que hoy tenemos armado el tinglado tanto teórico, como conceptual, como desde el punto de vista de nuestro plan de trabajo sobre el cuál vamos a empezar a operar.


Las primeras tareas se han enfocado en la habilitación y adecuación del inmueble recibido para su funcionamiento, que era antes la Hostería Llanogrande. Foto: Cortesía.


¿Cuándo empezarían las investigaciones en campo?


Yo podría decir que ya empezamos porque estamos haciendo la definición teórica de todos los temas, pero en campo con las instituciones, los municipios y demás, yo espero que muy pronto. (…) Insisto en que ya estamos haciendo actividades de campo en las que empezamos a conversar con la Secretaría de Seccional Salud, con las demás secretarías y entidades de la Gobernación, con las IPS, las universidades que tienen facultades y programas en relación con esto, las alcaldías y todas las dependencias que tienen que ver con el ecosistema que atiende el tema de adicciones en los municipios.


¿Cuáles son los campos de trabajo en los que se enfocará la Escuela?


Nosotros tenemos tres líneas de trabajo: una de investigación y conocimiento, la segunda que es apropiación social del conocimiento y una tercera que es de apoyo técnico, articulación y seguimiento a la institucionalidad que tiene que ver con este asunto. Ya estamos haciendo guías, estamos empezando a mirar protocolos y estamos mirando cómo vamos a hacer ese ejercicio con las instituciones para la elaboración, tanto de políticas públicas, como de guías metodológicas.


Usted mencionaba que estuvieron haciendo algunas reparaciones locativas en lo que otrora era la Hostería Llanogrande. En términos de infraestructura, ¿qué reparaciones se han hecho y con qué cuenta la Escuela en estos momentos?


Hoy tenemos un espacio físico más o menos del 40 por ciento totalmente recuperado, ya lo único que hace falta es dotación y tenemos un espacio físico, yo diría por ahí un 50 por ciento que está entre el 80 y el 90 por ciento de recuperación. Esto incluye los auditorios, las canchas y las cabañas, que en este caso serán salones. Mi propósito al llegar a la Escuela, y después de haber hecho una evaluación realista, es que en dos meses podamos tener el 100 por ciento del espacio físico totalmente recuperado y que en lo que resta del año vamos a tener espacio físico totalmente dotado, con todo lo necesario para poder hacer a plenitud la tarea de investigación. Para esto necesitamos laboratorios, espacios para la acumulación de información, plataformas, un sitio web, etc.


¿En estos momentos tiene los recursos para terminar esas reparaciones locativas, adaptar toda la infraestructura y hacer la dotación?


Por efectos de la pandemia, se nos llevaron una plata muy importante de la Escuela que nos van a retornar, según el compromiso de la Gobernación, entre este fin de año y el principio del otro. Con esos recursos tendríamos completo, no sólo para hacer la dotación, sino para arrancar todos los proyectos. Pero yo por lo menos sí creo que haciendo un poquito de esfuerzo, de responsabilidad en el gasto, se puede terminar el acondicionamiento físico de la infraestructura. Tenemos un presupuesto aproximado 2.900 millones de pesos, con eso podemos pagar los gastos de funcionamiento y terminar lo que le hace falta en acondicionamiento físico. Ya lo que tiene que ver con la dotación y con proyectos, no tenemos cómo hacerlo con ese recurso.

<< Fabio Villa Rodríguez. Director de la Escuela contra la drogadicción. Foto: @fabillaro


La Escuela tiene unos recursos limitados, ¿de qué manera se va a financiar y de dónde van a provenir los recursos para los proyectos e investigaciones?


Habrá tres fuentes de financiación. Una fuente inicial es que la Ordenanza nos prometió 20.000 millones, de los cuales no nos han entregado todavía un peso. De esos 20 mil millones había 10 mil para este año, que se los llevaron para el manejo de la pandemia y que nos los van a retornar en algún momento, y en otro momento nos entregarán otros 10 mil. Eso es un capital de base. De de igual manera, le ordena a la Secretaría Seccional de Salud que nos transfieran anualmente 1.280 salarios mínimos mensuales legales. Eso es exclusivamente para investigación, estudios y publicaciones. Pero con el horizonte que nosotros estamos presentando en el plan de trabajo, vamos a necesitar muchísimo más, entonces ahí viene la segunda parte. La Ordenanza nos permite hacer convenios, acuerdos, con todas las entidades públicas y contratar con entidades privadas, por ejemplo, las EPS y las ARL que tienen responsabilidades con estos temas del consumo y de las adicciones. Y lo tercero es que podemos vender servicios, entonces habrá temas de capacitación, de formación, de ventas de artículos a revistas especializadas, de seminarios y foros de acompañamiento técnico a instituciones, incluso aquí tenemos una función de seguimiento y acompañamiento a IPS que yo creo que en algún momento también vamos a tener que cobrar por hacerlos.


Además de líneas de trabajo, ¿qué otros proyectos tienen la Escuela?


Tenemos la idea de un museo sobre el tema de las drogas, el consumo de estupefacientes y el consumo ilícito y consumo lícito dañino. Un museo que, por ejemplo, en América Latina solo hay en Argentina y en México, prototipos de museos como el que nosotros queremos, y en España y en Italia hay un par de museos parecidos. Hacerlo vale una plata, no lo vamos a hacer con recursos propios, pero algo tenemos que poner para luego presentar eso pues al Fondo Nacional de Estupefacientes, a la Dirección Nacional de Estupefacientes, al Ministerio de Justicia y a la propia Gobernación.


¿Qué papel tendrá la Escuela en la actual administración?


En el Plan de Desarrollo departamental nos ha puesto varias tareas. Un es participar en el diseño de una política y una metodología para enfrentar el tema del riesgo para la reducción del daño en la población menor de 14 años en adicciones. Otra es aportar en el aumento de la edad de inicio en el consumo de sustancias psicoactivas que está sobre los 13 años para subirla por lo menos a los 14,5. Hay otra línea para organizar una política pública alrededor del tema de cómo enfrentar las adicciones y el consumo de sustancias psicoactivas. Ya hay varias tareas en las cuales la Escuela tiene que empezar a producir resultados y esas son las grandes acciones reales en las cuales nos tenemos que meter.


Mucho se habla en Colombia sobre la lucha contra las drogas, ¿qué papel cumplen ustedes ahí?


Nosotros no estamos en esa guerra, nosotros estamos en una lucha contra las adicciones, el consumo, los malos hábitos, las malas conductas. Obviamente ellos (las entidades de lucha contra los estupefacientes) deben acompañar, es cierto, que no sigan creciendo las bandas, los narcotraficantes, los consumos ilícitos, pero también los consumos lícitos. Es decir, tenemos que ver qué hacemos con el alcohol, que seguimos produciendo masivamente y vendiendo y promocionando para que la gente compre y consuma de manera totalmente desordenada o con el tabaco o con los juegos de azar, que producen ludopatía, o con los consumos incluso audiovisuales, que hoy están generando adicciones gravísimas en los niños y los adultos también, entonces son temas de los cuales vamos a tener que hablar.


Por sus estatutos y según la Ordenanza que la crea, la Escuela no podrá hacer atención de personas con adicciones. ¿Qué papel cumplirá en este proceso?


Como nosotros no hacemos atención, vamos a tener que desplegar una acción de asesoramiento, acompañamiento y apoyo a Carisma, al Hospital Mental, a todos los hospitales públicos y a las entidades privadas que prestan servicios de atención. Asimismo, es importante prestarle apoyo técnico, asesoramiento y capacitación a la Secretaría de Educación departamental y de todas las secretarías de educación municipales. A la Gerencia de Infancia, Adolescencia y Juventud, a la gente que trabaja con el tema de la Gerencia Indígena o a la Secretaría de Mujeres. Es un tema en el que vamos a tener que ser apoyo más allá de las instituciones que atienden a los adictos y a los consumidores. Y es ese apoyo el que vamos a tener que prestarles a todas las entidades para que la gente no entre al consumo.


En su momento, nueve diputados votaron en contra de la creación de la Escuela, ya que consideraban que el departamento tenía instituciones como el Hospital Mental y Carisma que podrían hacerse cargo de estas funciones y que era un gasto innecesario. ¿Cuál es el factor diferenciador de la Escuela con respecto a otras entidades?


Yo creo el factor diferenciador es nuestra misión. No existen ni en Antioquia, ni en Colombia una institución dedicada a la investigación y a la gestión del conocimiento. Investigación se hace en muchos lados, se hace en las universidades y muy buena, se hace en las entidades públicas de manera desordenada y fragmentada, se hace en instituciones privadas y en instituciones públicas del orden nacional e internacional. Pero nosotros no tenemos acceso a esas investigaciones a menos que las ordenemos. Esta Escuela tiene que ordenar todo eso, ponerlo al servicio de la gente. Aquí hay que hacer investigación aplicada, con propósito y no digo que no se esté haciendo; en algunas instituciones se hace, pero fragmentada. Todo eso es parte de que tenemos que empezar a apoyar, pero también a recoger, como parte de un estudio más sistemático. Tener un centro de pensamiento que está sistematizando la información, haciendo investigación, convirtiéndolo en un conocimiento con aplicación útil para la política pública para el departamento y para el país a mí me parece que es absolutamente diferente a todo lo que están haciendo los demás.


¿Qué papel ha tenido la Escuela en el manejo de la crisis por la pandemia?


Hemos estado apoyando y dando ideas para el manejo del covid-19 en temas de salud mental. También estamos preparando acciones y tareas en relación con la pospandemia, en cuanto al estado de salud mental en el que va a quedar la gente a partir de este proceso el confinamiento y aislamiento. Esto va a generar afectaciones en las cuales la Escuela está también aportando ideas sobre cómo hacer ese manejo a partir de lo que está sucediendo hoy en el mundo.




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