Virtualidad preescolar
Desde el miércoles 25 de marzo se declaró la cuarentena obligatoria como medio de protección ante la pandemia del coronavirus en Colombia. Como muchos ya lo hemos percibido, este aislamiento ha afectado el trabajo y rutina de muchos sectores, a estos se suman aproximadamente 41.041 establecimientos de educación preescolar que, según el DANE, existen en el territorio nacional. Una gran cantidad de infantes están aprendiendo hoy desde sus casas.
La educación ha entrado a trabajar aún más en conjunto con el sector de la salud, puesto que son las instituciones educativas las encargadas de orientar también a sus estudiantes frente a las prevenciones que demanda esta pandemia, incluso desde los hogares. Para la comunidad infantil es indispensable el acompañamiento educativo y, tanto los colegios como las guarderías, cumplen un papel de segundo hogar, donde se dan pasos clave en el proceso vital de una persona, que definen grandes rasgos afectivos, cognitivos y corporales, en otras palabras, definen la vida de los más pequeños.
Para casi el millón trescientos mil estudiantes de preescolar que según la UNESCO hay en Colombia, se requieren entornos de aprendizaje seguros y saludables; estos espacios deben permitir aprender a ser, convivir, hacer y conocer; desarrollar capacidades para la comunicación, interacción y contacto con el otro y el entorno. Si este proceso se ve afectado, podría haber consecuencias que impedirían un mejor desarrollo para el niño y, en una escuela, estos procesos son guiados por el acompañamiento de un docente y la posibilidad de contacto e interacción física con el otro.
Sin embargo, debido a la contingencia, la educación preescolar se ha visto en el deber de seguir fortaleciendo vínculos entre profesores y alumnos mediante la virtualidad. Asimismo, las instituciones educativas se convirtieron en agentes que previenen la propagación del virus. UNICEF ha publicado una cartilla sobre prácticas de cuidado, higiene personal y crianza, además de actividades de juego, arte, comunicación, consejos para disminuir la ansiedad y evitar el contagio que son clave para las instituciones académicas. Según la OMS, los niños son especialmente vulnerables a las enfermedades infecciosas; los detalles del documento dejan ver que, cuando se habla del bien y la salud de los estudiantes, se debe tener mucha precaución con la información.
¿Cuál es el papel del "jardín"?
“Generar empatía, saber su situación, escucharlos para entonces saber qué están viviendo”, es la metodología y acompañamiento que aplica la Supervisora administrativa de Comfama, Jineth Gaviria, hacia sus alumnos, desde párvulos a transición. El proceso de atención y apoyo a sus estudiantes ha sido continuo y esta situación les ha permitido a los docentes enterarse un poco más a profundidad de las situaciones de cada niño, pues el apoyo familiar es indispensable en estos momentos. Para un niño de cero a 6 años es imposible manejar por sí solo las plataformas virtuales para su aprendizaje, cuenta Gaviria.
La rectora del Colegio Palermo de San José, Hermana Adela María Duque Pineda, también se adaptó a las circunstancias y creó un espacio de encuentro virtual llamado “Venga y le Cuento”, donde se discuten temas para afianzar el proceso actual de los alumnos con los padres de familia. “Palermo es humanizante por todas sus vertientes, está basado en la formación del ser y eso significa que la persona es el centro de la formación, tanto el niño como su hogar; así que nuestro papel es tranquilizar”, dice la directiva.
Tanto Duque como Gaviria concuerdan en que las condiciones de estas semanas propician situaciones de descuido y violencia intrafamiliar en los hogares, gracias al aumento de estrés. Coinciden también en que los centros educativos deben hacer parte cada vez más activa de la atención en estos casos. Resaltan las profesionales que las mismas familias son las que dan la pauta o límite para que los docentes conozcan a profundidad la intimidad de la familia. Se procura que la prioridad sean siempre los niños, su bienestar y educación.
Aunque pueden ser más adaptables al uso de los dispositivos tecnológicos, los niños en edad preescolar necesitan acompañamiento constante en sus actividades. Foto: Contexto.
La mirada del docente
Sandra Pérez y Mónica Giraldo, licenciadas en educación preescolar y profesoras de Comfama, afirman que han cambiado toda su metodología para lograr un efectivo trabajo con sus pequeños. señalan sin embargo que: “Nunca se va a poder comparar con el niño el beso y el abrazo que comunican, ponerse a su altura para poder saber sus necesidades, entender a los niños que aún no hablan por medio de sus gestos y sus ojos”, argumenta Pérez. Además, los talleres, actividades, videos y canciones que envían a sus familias para realizar con los alumnos, se envían desde la intención, porque no todas las familias se comprometen a realizarlas, indica Giraldo.
Gracias a la autoexigencia que debe haber dentro de los hogares, se esperaría que se estimara más la labor de los educadores. Con la metodología virtual, estos trabajadores experimentan un aumento de estrés gracias a inconvenientes con las plataformas digitales, por buscar reinventarse para crear estrategias nuevas pero efectivas que lleguen a cada alumno y también por lo difícil que es evaluar un proceso formativo en ellos, basándose solo en evidencias enviadas por las familias que sí estén comprometidas, como lo expresa Sandra Pérez, pues ha tenido casos de familias que no reportan un proceso de acompañamiento a sus hijos y esto le genera preocupación.
Así se vive desde los hogares
Las medidas de prevención y otros asuntos relacionados con la pandemia por Covid-19 han entrado en los currículos escolares. Foto: Consejería Presidencial para la Niñez y la Adolescencia.
Contexto sondeó la opinión de algunos padres de familia de preescolar en el Colegio Palermo de San José en Medellín, sobre la efectividad de las clases virtuales para los pequeños. Varias de las respuestas, entre ellas la de Carolina Estrada, madre de familia, se inclinaron hacia lo difícil que es lograr una atención total del niño hacia la pantalla, otras personas como la familia Saldarriaga Londoño señalaron que deberían tener más de un solo encuentro a la semana con los profesores. La familia Bernal Tangarife relató a partir de su experiencia que no sólo generaban estrés las tareas, aunque eran sencillas, sino el espacio encerrado en contraste con la energía del niño. Todos concordaron en resaltar el papel del docente, que consideran indispensable.
La gran novedad para las familias es cambiar sus rutinas: tener que lidiar con sus labores de trabajo, las responsabilidades en el hogar y el estudio de los hijos al mismo tiempo todos los días. El ambiente familiar se ha convertido en una oportunidad para experimentar y crear hábitos nuevos, pues el acompañamiento familiar es indispensable en las labores de la escuela.
Paola Andrea Patiño es una madre que desde su hogar acompaña la educación virtual de su hija Celeste de 5 años y señala que ahora trata de quemar las energías de su hija con actividades motivadoras que también la distraigan del encierro pero en la seguridad de su hogar, además se comunican también con sus familiares y amigos, hacen encuentros virtuales que generan efectos positivos en la niña.
“La educación es desde el hogar y, aunque se han brindado diversos canales de comunicación entre las instituciones y las familias, es responsabilidad de cada padre y madre hacer un trabajo más exhaustivo sobre el autocuidado, estar atentos a la conexión con las clases virtuales, variar las actividades que puedan desarrollar la motricidad, atención y coordinación guiadas de las indicaciones de los profesores, pero sobre todo, comprender que el estilo y ritmo de aprendizaje de cada niño es diferente y requieren de su acompañamiento”, añade Patiño, quien además de ser madre, es docente en educación media.
Docentes, directivas y familias están en la tarea de contribuir al proceso formativo de los niños que, como todos, sufren de un aprendizaje en un confinamiento que puede no ser de total entendimiento para ellos. La perspectiva de estos educadores varía, puesto que cada niño y cada hogar son una situación diferente, pero concuerdan en que existe un interés común por generar un beneficio en sus niños y contribuir con su desarrollo.
Según los testimonios aquí recogidos, estos días de aislamiento son una muestra de que la educación en guarderías y colegios se encarga de brindar no solo herramientas, sino compañía y afecto, que se interesa por el bienestar de los niños y que además busca mejorar y aportar de forma positiva en la vida de los pequeños. La educación virtual ha sido un cambio del panorama estudiantil, pero sigue siendo una necesidad para todos como sociedad.
Lea también de la serie La educación desde el encierro: