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Un tentempié para los restaurantes

A causa del confinamiento, los dueños de restaurantes, como muchos otros empresarios, debieron hacer un alto en el camino y buscar estrategias factibles para asegurar la estabilidad de sus locales tras el impacto de la pandemia, una interrupción que para el gremio parecía no tener final.


Por: Catalina Tello Guarín / catalina.tello@upb.edu.co


La COVID-19 ha arrasado con planes, sueños, y varios sectores de la economía. El sector gastronómico se ha visto impactado de una manera aparentemente irremediable. Los restaurantes perdieron las posibilidades que representaba para el negocio el recibir comensales para ofrecerles más que servicios de alimentación en los locales.


La Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodrés), informó que, hasta el 6 de julio del 2020, se registraron 27.600 locales que se vieron obligados a cerrar. Un 30 por ciento de los negocios de la industria gastronómica.


El control de aforos es el principal reto para consolidar la nueva oferta de los restaurantes. Foto: Agencia de Turismo De Tour.


En Medellín, muchos empresarios se han visto afectados por el confinamiento, teniendo que acudir a diferentes estrategias para evitar la bancarrota de sus negocios. ¿Cuáles han sido esas estrategias? Con la imposibilidad de abrir sus locales hay muy pocas opciones que se pueden elegir.


Juan Camilo Aristizábal es un emprendedor, dueño de dos cafeterías ubicadas en colegios y, además, un restaurante en un centro comercial que también debió cesar su actividad. Recurrió a los domicilios que incluso él mismo realizaba. También optó por empezar a vender frutas y verduras en un pequeño local, saliéndose por completo de su rol de empresario que ejercía anteriormente.


A su turno, Fredy García Giraldo, dueño de un restaurante en el municipio de Guatapé, llamado El Candil, debió suspender el servicio del que se ha encargado durante 12 años.


El hecho de tener que cerrar sus puertas por obligación jamás había sido una posibilidad para él y, como a muchos otros empresarios, fue algo que lo tomó por sorpresa. La incertidumbre de no saber qué sucedería en la pausa que su negocio estaba atravesando, en la que el inicio tenía fecha clara, pero el final aún era un interrogante sin resolver.


A raíz de la necesidad de todos los empresarios en el pueblo, se realizó una capacitación en el mes de junio, que tuvo como objetivo direccionar la implementación de los protocolos de bioseguridad en los establecimientos del pueblo, ejecutando la estrategia que se llamó “Guatapé Mi Destino Seguro”, con la que se buscó reactivar los comercios y el turismo, el cual es un factor que juega un papel muy importante en el pueblo, donde el cese de todas las actividades que implican un acercamiento social representó un alto en el camino que llegó de repente. Tener que permanecer en casa por tanto tiempo era inimaginable hace unos meses atrás.


Para superar la crisis, Fredy García tuvo una idea que no sólo lo beneficiaría a él sino también a otras personas en Guatapé. La estrategia se llamó “Almuerzos solidarios” y consistía en que alguien donaría el valor de un almuerzo que en el restaurante cuesta $12.000 y Fredy regalaría otro a quien lo necesitara. Sus amigos, familiares y otras personas del pueblo se unieron a la causa para ayudar a Fredy con su negocio y, a la vez, a alguien más. “Fue una estrategia muy interesante porque se estaba haciendo mercadeo, por otro lado, se estaba haciendo una labor social y también tenía la satisfacción de haber sostenido a todos los trabajadores del restaurante, que siempre fue algo complicado”, anota Fredy sobre la idea desarrollada durante cinco meses para el sostenimiento de su negocio, que, gracias al apoyo recibido, fue, por varios días de la cuarentena, el único en actividad. “Los únicos que se veían para arriba y para abajo llevando almuerzos por todo el pueblo éramos nosotros”, cuenta García.


Muchos locales de terrazas de comidas funcionan solo para servicios a domicilio.

Foto: Juan Camilo Aristizábal.


Pese a la recepción que tuvo la estrategia de los “Almuerzos solidarios”, las ganancias fueron pocas. Lo importante es que la estrategia permitió mantener en pie el restaurante y, sobre todo, asegurar el empleo de las personas que durante tanto tiempo han trabajado en él. “Hablé con ellos para que me colaboraran y entendieran la situación por la que estábamos pasando, como se había reducido el trabajo, me tocó pagarles un poquito menos y ellos accedieron”, relató Ferdy García y destacó la solidaridad de sus trabajadores.

En agosto, según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la tasa de desempleo fue del 16,8 por ciento, 6,8 puntos más que en 2019. En efecto, la pandemia y el confinamiento dejaron huellas profundas.


La situación que el mundo entero está atravesando, ha sido un factor que ha impulsado a muchos a asumir retos, nuevas experiencias y decisiones que anteriormente eran impensables.


El cambio en la metodología de atención de los restaurantes es notorio, el aforo de cada uno de los establecimientos se ha visto reducido al 50% y hasta al 30%, lo cual conlleva una reducción en el servicio; pero es clave encontrar una estrategia que pueda beneficiar al negocio y a su vez, a los clientes que, después de haber esperado tanto tiempo para salir de sus hogares, finalmente buscan un poco de la vida normal antes de la pandemia, la misma que poco a poco, se ha visto perdida.

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