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Nueva Secretaría de Turismo, ¿qué nos dice el panorama turístico en Medellín?  


Por: Ana Sofía Echandía Vieira, Andrea Montoya Posada y Pablo Montoya Escobar 

 

El 9 de marzo de 2024 el Concejo de Medellín aprobó el proyecto de la Secretaría de Turismo y Entretenimiento propuesta por la administración de Federico Gutiérrez. La inciativa nace de la necesidad de controlar el crecimiento del turismo desde diferentes frentes y al mismo tiempo promocionar la oferta turística de la ciudad. La Secretaría nació en una Medellín llena de turismo, inversión, desarrollo, pero también, sumida en problemáticas de explotación sexual, gentrificación, narcoturismo y manifestaciones de rechazo a los extranjeros.




En 2013, Business Insider incluyó a Medellín en la lista de las 50 ciudades más peligrosas del mundo; 10 años más tarde, el mismo medio publicaría un artículo sobre un boomer y su nueva vida en Medellín, que la describía como más barata y pacífica de lo que era en California. En cuestión de una década, la imagen de la capital de Antioquia pasó de ser foco de violencia, referencia en películas de narcotráfico, un territorio inexplorable incluso para sus locales, a un paraíso para jóvenes, nómadas digitales, jubilados y turistas.  

 

El extranjero encontró en la ciudad un destino como ningún otro. Clima perfecto, cultura amable, historia para contar a amigos, paisajes, restaurantes y murales “instagrameables” y un bajo costo de vida para monedas cuatro veces más valiosas que la local. Según datos recientes de Migración Colombia, solo en el primer trimestre de 2024, cerca de 221.000 extranjeros arribaron a Medellín, la mayoría provenientes de Estados Unidos, México y Panamá, generando un ingreso promedio de 221.4 millones de dólares en el primer semestre del año.  

 

El boom del turismo en Medellín, acelerado por la post pandemia, no solo potenció la economía local y posicionó a la ciudad como un destino sumamente atractivo, sino que probó que tal vez la ciudad no estaba preparada para este flujo de turistas y que existen una problemática en torno a al sexo como negocio que es latente desde hace décadas, una falta de regulación en industria inmobiliaria, síntomas de xenofobia social por poca preparación de la ciudadanía hacia estos fenómenos y poca discusión sobre cuáles servicios y espacios consumen los medellinenses y la conexión que eso tiene con la oferta turística actual.  

 

El 9 de marzo de 2024, la Alcaldía de Medellín anunció la creación de la Secretaría de Turismo y Entretenimiento. Su objetivo es la implementación de políticas, planes, programas y proyectos enfocados en la sostenibilidad, innovación, tecnología, control, productividad, formalización, internacionalización y la promoción de la ciudad como un atractivo turístico importante. Se compone de dos subsecretarías: Planificación, control y competitividad turística y Promoción turística de entretenimiento. La Secretaría tendrá un presupuesto anual de 828 millones de pesos, según información oficial, presupuesto que, según se expuso ante el Concejo, se obtiene a través de los ahorros de la eliminación de 36 cargos públicos y tiene como objetivo ser un "pilar fundamental" en la revitalización económica de Medellín. 

 

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Breve recorrido por la historia del turismo en la región 

La apuesta por el turismo en Medellín no nace de esta reciente ola. Desde 2021 Antioquia cuenta con Plan Estratégico de Turismo y Medellín ha tenido tres. El plan estratégico de Antioquia se proyecta al 2040, y en él se plantean propuestas para alcanzar la sostenibilidad y promover un turismo “verde”, accesible y adaptado a las tecnologías digitales. El Plan Estratégico de Turismo 2018-2024 de Medellín ha sido la hoja de ruta para dirigir acciones hacia el fortalecimiento de la industria turística en toda la región. Los esfuerzos se ven complementados por iniciativas como la promoción de Medellín en ferias internacionales de turismo, destacando la participación en eventos organizados por la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (ANATO).  

 

Inicialmente, Antioquia no se consideraba un destino turístico atractivo, especialmente en el siglo XX, cuando la región se vio afectada por la violencia y los disturbios sociales. Esto tuvo un impacto negativo en la industria hotelera. Sin embargo, con la creación de la Asociación Colombiana de Hoteles (ACOTEL), que más tarde se convertiría en COTELCO, en 1954, comenzaron los esfuerzos organizados para representar los intereses de la industria hotelera y promover el turismo a escala nacional. La importancia del turismo fue reconocida oficialmente en 1957 con el decreto de creación de la «Empresa Colombiana de Turismo, S.A.» y en 1996 con una ley que declaraba el turismo como sector económico esencial para el desarrollo del país. 

 

Durante el período de gobierno 2001-2004, se creó la Secretaría de Productividad y Competitividad para promover y apoyar el turismo en el departamento mediante la creación de consejos de turismo en cada subregión. Este enfoque ha resultado exitoso, consolidando la posición de Antioquia como un sector clave de la industria turística colombiana. 

 

Por otra parte, desde 1998 en Medellín se han realizado esfuerzos para planificar y posicionar a la ciudad como un destino turístico destacado. En 2003, se construyó el Centro Internacional de Convenciones de Medellín y se estableció el Medellín Convention Bureau, con la misión de posicionar a la ciudad como un destino de clase superior para la realización de ferias, congresos, convenciones y eventos en América Latina. Esto resultó en la realización de importantes eventos y certámenes de talla mundial, consolidando la ciudad como un centro de actividad turística. 

 

En 2018, Medellín lanzó el Plan de Turismo hasta 2024, tomando en cuenta la diversidad de sus atractivos turísticos, que incluyen turismo de negocios, vacacional, cultural, de salud y de naturaleza. Este plan se basa en fortalezas como la gestión del turismo, una buena imagen a nivel nacional, la conexión estratégica con diferentes municipios del área metropolitana, y un eje de transformación social.  

 

Para Marcelo Jaramillo, fundador de Go Explore Colombia, las concepciones que han tenido las diferentes administraciones sobre el turismo han sido muy distintas. Afirma que el flujo ha aumentado en gran medida y que, “precisamente por eso se necesitaba la secretaría, ha cambiado todo y tan rápido que necesitábamos ese nivel superior para tener un mejor manejo y presupuestal.” Según él, no se han alcanzado los propósitos estratégicos y esto podría atribuirse a que nadie (Alcaldía, empresas, ciudadanía) tiene claro qué tipo de turismo quieren en Medellín y que a costa de eso “se hizo tan famoso Medellín como destino de rumba y las bandas criminales se aprovechan de eso, para ellos sí establecer y poner en marcha su estrategía. Nosotros necesitamos darle más línea estratégica a la ciudad como tal, para que camine por donde nosotros queremos que camine”.  

 

Los desafíos de estar en el ranking internacional  

Hace unos meses Medellín se despertó con la noticia de la fuga de Timothy Alan Livingston. Desde ese momento, a nivel internacional, se han publicado decenas de notas y reportajes sobre la explotación sexual en Medellín, el turismo y la inevitable hipótesis sobre la correlación de ambos fenómenos. Ahora la ciudad está en el foco mediático internacional.  

 

La ciudad enfrenta una serie de desafíos en su empeño por consolidarse como un destino turístico de primer nivel. Uno de los principales problemas es el intento de promover la ciudad como un centro turístico sin la suficiente preparación para manejar las implicaciones sociales y culturales que esto conlleva. A menudo, la promoción turística ha intentado capitalizar una historia de violencia que la ciudad ha estado tratando de superar, pero se termina perpetuando estereotipos que no reflejan la realidad actual de Medellín. 


Entra en debate el mal llamado “turismo sexual”, el narcotráfico y el tipo de entretenimiento que ofrece la ciudad. El turismo de este tipo no solo daña la reputación de Medellín, sino que también genera problemas adicionales de seguridad y convivencia, además de socavar los esfuerzos para desarrollar un turismo saludable y sostenible. En respuesta, la Alcaldía ha aumentado sus esfuerzos para marcar distancia de los estereotipos con una narrativa que fomenta la cultura, la innovación y la creatividad autóctonas. 

 

En la actualidad, el turismo en Medellín se enfrenta a una serie de problemáticas que requieren atención urgente por parte de las autoridades y los actores involucrados en la industria, pero también de la ciudadanía. 

 

La inevitable comparación del turismo con explotación sexual  

La explotación sexual es otra problemática que viene por décadas en la ciudad y no surge con el boom turístico. El medio de comunicación Mutante, recientemente publicó un reportaje con un mapeo de la problemática en Medellín y descripción contextual. Este concluye que tiene que ver con un entramado social en el que las familias de bajos recursos y la falta de oportunidades económicas y educativas hacen que las niñas, jóvenes y adolescentes de estos entornos sean vulnerables a ser explotadas por individuos o redes de trata.  

 

Se diferencia del mal llamado “turismo sexual”, término criticado por medios de comunicación alternativos y agremiaciones activistas del trabajo sexual sobre le cual es necesario precisar que es diferente a la explotación sexual y trata de niños, niñas y adolescentes pues es un oficio que es legal en el país, con un desarrollo histórico y que hoy tiene presencia incluso en plataformas online.  

 

La circulación de otras divisas solo fue el detonante para consolidar una oferta y demanda fuerte y con más ceros en el mercado ilegal y abusivo de niños, niñas y adolescentes. Suma al enmarañado el hecho de que no existe una legislación que proteja de forma suficiente a estas personas y, en cambio, proliferan las redes de trata de personas los protocolos de atención disfuncionales y baches legales que generan impunidad. Hoy está en debate entre la opinión pública el rol del Estado y los ciudadanos en torno a esta problemática.  

 

Sin embargo, otro sector de la opinión de una ciudad conservadora, cuyos gobiernos han abordado el problema desde esa posición, considera que la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes que algunos promueven como "gancho" para el turismo, no solo tiene un impacto devastador en las víctimas directas, sino que también daña la reputación de la región como destino turístico y afecta negativamente la percepción de seguridad por parte de los visitantes.   

 

Falta de regulación en industria inmobiliaria y gentrificación  

El fenómeno de la gentrificación está transformando diversos barrios de la ciudad como Laureles y El Poblado, que han sido destacados en medios internacionales por su "coolness". Sin embargo, esta transformación urbana ha llevado a que muchos residentes locales se sientan desplazados, ya que sus comunidades se adaptan cada vez más a las necesidades y deseos de los visitantes extranjeros, incrementando los costos de vida y alterando la dinámica social tradicional. Este proceso ha exacerbado las tensiones locales, levantando cuestionamientos críticos sobre quién se beneficia realmente del crecimiento del turismo y a qué costo. 


Frente a esta problemática existen diferentes visiones sobre cómo, posiblemente, podría abordarse esta situación.  Según el concejal de Medellín, Luis Guillermo Vélez Álvarez, no hay un mapa único de cómo manejar el tema de la gentrificación sin intervenciones: “La oferta mercantil va respondiendo a eso… Hay que dejar que esos procesos avancen, no hay que meterse en eso, eso da lugar a desplazamientos urbanos, entonces otros sectores que estaban deprimidos empiezan a ganar dinámica dentro la ciudad”.   


Una visión distinta fue la que dio el representante a la cámara, Daniel Carvalho, en un artículo de opinión para el periódico El Colombiano. Argumenta que, “el Distrito de Medellín debe ser un actor principal y no sólo un moderador del mercado: debe participar activamente del negocio inmobiliario para dar soluciones ante la gentrificación”. 


En un conversatorio organizado por El Armadillo a partir de la noticia del hotel Gotham, se hizo una lectura del fenómeno de la gentrificación e incomodidad social. Diferentes representantes de medios universitarios e independientes como De la Urbe y Mutante, se alzó la pregunta sobre en qué punto llega el síntoma de incomodidad, sensación de desplazamiento. ¿Será que sucede en todas las comunas de la ciudad o solo donde se incomoda el privilegio?, ¿incomoda solo cuando el síntoma social es visible?  


Xenofobia social por poca preparación hacia la ciudadanía  

La creación de la Secretaría de Turismo en Medellín se plantea como una solución gubernamental a los problemas sociales relacionados con el turismo, pero la realidad sugiere que las respuestas a estas dificultades requieren la intervención de una gama mucho más amplia de actores, incluidos aquellos que no están directamente involucrados en el sector turístico.  


El concejal Luis Guillermo Vélez Álvarez, expresó su desacuerdo sobre el papel del turismo como principal actividad económica de la ciudad, argumentando que, aunque es positivo, una economía compleja y diversificada ofrece mayores oportunidades a la población. Además, el concejal abordó el tema de la gentrificación, señalando la dificultad de gestionar esta problemática. En su opinión, es esencial permitir que los procesos de mercado se desarrollen naturalmente, ya que la regulación excesiva o la intervención en las fluctuaciones de precios podrían inhibir la dinámica de otros sectores que comienzan a revitalizarse y contribuir a la economía urbana. 


La manera en que habitamos y compartimos nuestro espacio urbano es fundamental para definir nuestra imagen como destino turístico. Como se destacó en el conversatorio de El Armadillo, los problemas que enfrenta la ciudad no son nuevos ni pueden atribuirse exclusivamente a los turistas; estos se han hecho más visibles y sensibles ahora que son percibidos como externos, no solo como comportamientos locales. Esta situación subraya que la solución a los desafíos sociales del turismo trasciende las capacidades de cualquier entidad gubernamental y requiere un enfoque colaborativo y consciente por parte de toda la comunidad. 


Las problemáticas asociadas al turismo exigen también un papel activo de la ciudadanía que comienza por entender la situación.

Foto: Alcaldía de Medellín.


Responsabilidad del ciudadano 

El alma del turismo en Medellín y Antioquia trasciende la mera creación de una Secretaría de Turismo; es una responsabilidad colectiva que involucra a cada uno de los habitantes de esta región. Para Marcelo Jaramillo, “la sostenibilidad es un camino de mejora continua que nunca se acaba”. Está en manos de toda la ciudadanía promover el turismo responsable en Medellín, además de gremios, empresarios y el Estado. En definitiva, trabajar de la mano para “impulsar la ciudad por el camino que nosotros queramos".  

 

A su vez, el diputado Luis Felipe Vélez enfatiza en la necesidad de establecer "una red ciudadana de cooperación", que involucre a personas del común (servicio de Uber, recepcionistas de hoteles, policía, bouncer de una discoteca y ciudadanos) en el monitoreo y rechazo activo de dinámicas turísticas indeseables, como la explotación de menores. "Todos debemos estar metidos en el cuento", insiste Vélez, subrayando que los ciudadanos no deben normalizar ni ignorar conductas inapropiadas. El objetivo es crear una comunidad vigilante y comprometida que contribuya activamente a erradicar estas problemáticas de su entorno y no seguir alimentándola con el silencio.  

 

Cada gesto de hospitalidad, cada muestra de respeto por nuestra herencia cultural y cada acto de cuidado por nuestro entorno natural, contribuye de manera significativa a la experiencia de quienes nos visitan. 

 

El Plan Estratégico de Turismo, aunque bien intencionado, parece no estar generando los resultados esperados. Una de las principales críticas es la falta de involucramiento ciudadano en su formulación y ejecución. No se ha realizado un sondeo de opinión para capturar las percepciones y sugerencias de los habitantes, lo que ha generado un sentimiento de desconexión entre los objetivos del plan y las necesidades reales de la comunidad. Esta falta de participación ciudadana es una oportunidad perdida para enriquecer y legitimar las estrategias de desarrollo turístico en la ciudad. 

 

Es por ello que, más allá de las políticas y las estructuras institucionales, es la responsabilidad individual y colectiva de los medellinenses cultivar una cultura turística que promueva el respeto, la inclusión y la sostenibilidad. Cada individuo tiene el poder de influir en la forma en que nuestra ciudad y nuestra región son percibidas por el mundo. En nuestras manos está la capacidad de convertir a Medellín y Antioquia en destinos turísticos verdaderamente inolvidables, donde cada visita sea una experiencia enriquecedora y auténtica. 



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