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  • Foto del escritorContexto UPB

El invierno deja huellas cada vez más profundas en Antioquia

Duvian Arleison Castrillón, quien murió sepultado por un alud cuando transitaba por la vía que comunica los municipios de remedios y Segovia, en el Nordeste Antioqueño, es el caso número 61 de personas fallecidas en situaciones asociadas al incremento de las lluvias durante el año 2022 en este departamento.


Crecientes súbitas, avenidas torrenciales, vendavales y caída de estructuras, son el tipo de situaciones en las que se han presentado la mayoría de estas muertes, la parte más sensible de una situación que también incluye daños en viviendas y vías; estos últimos, que afectan especialmente zonas como el Suroeste, donde se prepara la cosecha cafetera, en medio de la incertidumbre sobre cómo sacar millones de sacos a los pueblos y a los puertos.


En Medellín, la transformación del paisaje por el aumento desmedido de la construcción en zonas de laderas es el rasgo más visible del contexto en el que impactan los fenómenos climáticos que llevaron al aumento de las lluvias durante el presente año. Los habitantes de la capital de la montaña se han acostumbrado a los fuertes aguaceros a media tarde y a los trancones que les siguen, en los cuales son parte del paisaje los vehículos de emergencia que corren a atender caídas de árboles, inundaciones, deslizamientos y daños en viviendas de todo tipo y estrato, porque los efectos se han sentido desde la comuna 2, Santa Cruz, hasta la 14, El Poblado.


Pérdidas humanas y daños materiales están entre los efectos inmediatos, pero las lluvias están dejando huellas más profundas en las vidas de los antioqueños, al punto que están incidiendo en movimientos migratorios al interior de la ciudad.



Ante los acontecimientos de los últimos días, queremos compartir con ustedes el relato detallado de la situación, recogido en ese reportaje realizado con el apoyo de Mutante.org. Haga clic en la imagen para leerlo.



En la siguientes imágenes, acérquese a los lugares y los rostros que tienen estas vidas que se viven entre la zozobra y los escombros, en medio de las lluvias.


1. Tarcisio Agudelo señalando la quebrada La Iguaná desde el segundo piso de su casa la cual quedó destrozada desde el pasado 17 de mayo.

2. Las grietas, al interior de la casa de Tarcisio Agudelo, cubrían la mayoría de la vivienda que permanecía con orden de desalojo desde 2018 por parte del Dagrd.

3. Fachadas de las casas, en estado de evacuación, al costado sur de la quebrada La Iguaná, comuna 13 (San Javier).

4. Muchas de las casas del sector (El Pesebre) quedan al costado de la quebrada, permitiendo que al subir el caudal haga estragos en las casas.

5. Al interior de la vivienda de Luz Daza, en medio de escombros y barro, la única esperanza y signo de fe es la virgen.

6. Varias de las viviendas del sector El Pesebre colindando con la quebrada La Iguaná que arrastra escombros y piedras generando tensión en los habitantes cuando llueve.

7. Vista del río Aburrá desde la casa de Martín Berrío, ubicada en el sector de La Primavera, municipio de Barbosa.

8. Martín Emilio Berrío mira a la cámara frente a una de las casas que está al borde del río entre tierra y arena.

9. Una de las viviendas abandonadas al costado del río Aburrá en el sector de La Primavera, Barbosa.

10. Varias casas de cuatro pisos con los cimientos en una de las piedras que ayuda a contener el caudal de la quebrada La Iguaná, sector Los Búcaros, barrio El Pesebre.

11. Bienvenida de la casa de Luz Daza tras una de las constantes inundaciones de su casa, barrio El Pesebre.

12. Vivienda de Luz Daza con marcas de humedad. Al costado los escombros que usa para subir el nivel del piso de su casa.

Fotografías: Alejandro Zapata Peña.





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