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  • Isabel Cano Agudelo / isabel.canoa@upb.edu.co

La incertidumbre, lección principal



<< #SomosMásComunicación es la muestra con lo más destacado en los trabajos de los estudiantes de la Facultad de Comunicación Social - Periodismo de la UPB en Medellín.


​Debido a la pandemia por COVID-19, desde el pasado16 de marzo los estudiantes de Colombia dejaron de asistir presencialmente a las clases y pasaron a la modalidad virtual. Por esta razón, los colegios se vieron obligados a buscar rápidamente estrategias y presentar soluciones para lograr suplir las necesidades, lo cual ha generado nuevos desafíos para el sistema educativo del país.



Antes de esta contingencia, la educación en Colombia ya presentaba fallas, que han sido analizadas tanto desde el punto de vista económico como social. Un artículo de opinión escrito por el político Ángel Pérez para la revista Dinero en 2019, señala las diferentes falencias que tiene el sistema —sin contar el porcentaje de niños y jóvenes que no acceden a la educación— e incluso menciona que han sido omitidos procesos pedagógicos y la gestión educativa. “…Nuestros mejores estudiantes, quienes pertenecen a los colegios privados (donde estudian los hijos de las élites del país), no alcanzan a los escolares con más bajos resultados de otros países”, dijo Pérez.


A estas problemáticas se suman la falta de simulacros o implementación de modalidades virtuales en los colegios. Es decir, son pocas las instituciones que, antes del aislamiento preventivo, ya habían desarrollado actividades para capacitar tanto a los estudiantes como a los profesores para enfrentar este tipo de eventualidades.


En vista de las limitaciones que se han presentado, el Gobierno suspendió provisionalmente las pruebas Icfes como requisito para la educación superior, mientras se definieron mecanismos para efectuarlas mediante herramientas digitales y se han creado planes de apoyo para brindar apoyos a las personas más afectadas. Desde el Ministerio de Educación y las instituciones, tanto privadas como públicas, se ha intentado acompañar a los profesores para que continúen con el contenido propuesto para el año en curso.


Sin embargo, las estrategias que se deben implementar en cada colegio son distintas, acordes a las necesidades de cada comunidad educativa y a los conflictos y demás situaciones particulares a ellas. En los establecimientos públicos, el 90 % de los estudiantes son de estrato 1,2 y 3, según datos del DANE citados por Pérez en otro artículo de Dinero en 2019. Por eso, lo más probable es que tengan inconvenientes con la nueva modalidad, en comparación con los privados, debido a que no todos los niños y jóvenes cuentan con dispositivos tecnológicos o conexión a internet en sus hogares. Tampoco se pueden dirigir a bibliotecas o cafés internet puesto que están cerrados, lo que les imposibilita hacer uso de las plataformas online que han sido creadas para afrontar la contingencia.


Un reciente estudio de la Universidad de los Andes expuso los diversos conflictos que puede tener la educación virtual en Colombia, los cuales se manifiestan entre las personas cuyos ingresos no son suficientes para suplir necesidades básicas. “Aunque estas estrategias son efectivas en reducir la tasa de contagio, tienen consecuencias sociales y económicas importantes, especialmente en lugares donde las condiciones socioeconómicas de los ciudadanos son una de las principales barreras para poder adquirir bienes y servicios de la población”, afirmó el estudio.


Educación en el mundo

De acuerdo con la Unesco, 1370 millones de estudiantes y 60,2 millones de maestros se han visto afectados por el confinamiento. Las dificultades de estos son mayores en los países menos desarrollados. 26 millones de estudiantes no cuentan con dispositivos tecnológicos y 706 millones que no tienen acceso a internet.


Escuelas rurales en la contingencia


Las zonas rurales del país también presentaban inconvenientes antes de la situación actual. Según un artículo de El Espectador en 2019, los resultados de las pruebas estatales, casi siempre, muestran un rendimiento menor al que se da en los colegios de las ciudades, especialmente en asignaturas como ciencias y matemáticas. Además, un estudio de la Universidad de los Andes de 2019 expuso la problemática de que en Colombia el 70% de los niños y jóvenes que no acceden a la educación pertenece a estas zonas, al igual que el 50 % de la población analfabeta.


En estos territorios se han tenido que utilizar alternativas diferentes a la de la virtualidad, puesto que la mayoría de los escolares no cuentan con los dispositivos necesarios ni con las capacitaciones para estudiar online. Por ejemplo, en las escuelas de Apartadó se está trabajando por medio de cartillas entregadas a los alumnos para que posteriormente las devuelvan ya desarrolladas y en algunos casos se pueden interactuar las respuestas vía WhatsApp con aquellos que tienen la facilidad.


Uno de los rectores de Apartadó, Efrén Pineda, afirmó que: “Desafortunadamente en cuanto al tema de equipos es muy difícil, todos los años mandamos requerimientos, pero no pasa nada y para esta emergencia tampoco han respondido. Se supone que van a brindar talleres para trabajar con los estudiantes, pero aún no han llegado”. También mencionó que por parte de la comunidad del municipio sí se han hecho donaciones o recolectas para ayudar a los residentes del pueblo que lo necesiten. En cuanto a la educación dice que se han visto gratamente sorprendidos por el compromiso que han recibido por parte de los padres de familia y acudientes.


Infografía: Isabel Cano Agudelo.


Connotaciones psicológicas


La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha resaltado que el confinamiento está causando fuertes impactos psicológicos. El estrés, la depresión y la ansiedad se han visto incrementados por factores como: el miedo, la falta de socialización y de relaciones interpersonales, la soledad, la preocupación por las dificultades económicas que se pueden dar en este momento, los problemas intrafamiliares, entre otros.


Todas estas situaciones también traen consecuencias en la educación de los niños y jóvenes. Catalina Díaz, psicóloga de la Universidad de Envigado, dijo que: “El cambio abrupto y el no poder hacer las actividades que se realizaban anteriormente genera malestar. Se empiezan a presentar estos trastornos que limitan a nivel académico, no se rinde de la misma manera en las exigencias escolares, sociales ni laborales”. También expuso que, tanto con los jóvenes como con los padres de familia, se debe hacer contención de crisis durante y posterior a la contingencia actual.


Ante situaciones como estas, el Ministerio de Salud abrió líneas de atención para ayudar a las personas que puedan presentar alguno de estos desórdenes y ha dado recomendaciones para evitar el aumento de los mismos en el aislamiento. Los sicólogos de algunos colegios se han dispuesto para atender estas situaciones y guiar a los acudientes. Principalmente a quienes tienen niños pequeños, puesto que necesitan una disposición mayor de su parte.


Opiniones de los padres de familia

“Hay muchos niños acá en Montería que los han sacado de estudiar porque no están capacitados para recibir las clases virtuales o no tienen un computador”.

Juan Carlos Cano Jaramillo.

“Mi hijo que está en once se ha visto agobiado porque se ha perdido de muchas cosas de su último año, con la menor que está en primero ha sido más difícil porque no tienen esa parte didáctica (…) no se concentra más de una hora al día”.

Paola Andrea Patiño.


“… otro aspecto muy importante es que la interacción humana de los niños se debilita muchísimo y hace falta para mantener la motivación”.

Adriana Zuleima Alzate.


¿Qué sigue para la educación del país?


En diciembre de 2019 en declaraciones al diario Portafolio, el Ministerio de Educación Nacional resumió las apuestas para mejorar la educación en Colombia. Estas consistían en la construcción de nuevos espacios educativos, una mejora de la infraestructura de las escuelas de la zona rural y el fortalecimiento de la jornada única. Lo que beneficiaría a más de 500 mil estudiantes, según lo expresó María Victoria Angulo, actual ministra de Educación.


De manera oficial no se han determinado los impactos de la contingencia sobre estos planes, pues la prioridad son las soluciones por la suspensión de las clases presenciales. Los colegios hacen nuevas estimaciones y las universidades, entre ellas la UPB, adelantan planes a partir del impacto de la emergencia sobre sus matrículas y sus finanzas. Las universidades privadas han formulado solicitudes al gobierno, así como han planteado junto a sus pares de lo público, iniciativas para el trabajo en red, como lo anunciaron las universidades del llamado G8 en Medellín.


La vicepresidenta Marta Lucía Ramírez expresó en la plataforma Twitter: “La pandemia nos afecta a todos y requiere sociedad e instituciones que actúen con ética y solidaridad. Duele oír padres de familia que retiran a sus hijos de los colegios porque su ingreso se frenó por cuarentena…”.


Aunque en algunos de los centros educativos ya se ha anunciado una baja de los precios, persisten las dudas e inconformidades con el cambio a la virtualidad, sumadas a la incertidumbre sobre cómo continuará el año lectivo en el segundo semestre. Como ya lo ha expresado el Gobierno, las decisiones y las medidas son tomadas con base en las nuevas necesidades que surgen y los avances que se vayan presentando. Oficialmente, la emergencia sanitaria sigue decretada hasta el 31 de agosto.


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Trabajo elaborado por Isabel Cano Agudelo para el curso Periodismo II, orientado por la profesora Claudia Sánchez Aguiar.






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