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  • Santiago Uribe / santiagoa.uribe@upb.edu.co -

LA VISITA INFORMAL

Con el anuncio de la visita del papa Francisco a Colombia se escucharon voces de beneplácito y no pocas, que cuestionaban la inversión que requiere recibir de una personalidad semejante en el país, en cada una de las ciudades que hacen parte del itinerario. Vinieron entonces aclaraciones: unas explicaron cómo el Gobierno Nacional, los gobiernos locales y la Iglesia Católica compartirían los costos, otras se refirieron a la denominada derrama económica, los ingresos percibidos por la economía a partir del acontecimiento. En junio pasado, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, estimó los mismos en 23 millones de dólares para el Valle de Aburra.


Pero la llegada del sucesor 266 del apóstol Pedro tiene efectos en la economía que son más cercanos al ciudadano de a pie que esas cifras astronómicas. Un recorrido por el centro de la ciudad en vísperas de la llegada de Francisco permitió escuchar a algunos narrar una escena imaginada con el papamóvil recorriendo la mismísima avenida Oriental, en medio de una muchedumbre ansiosa por ver al personaje,  con los cuellos estirados, “voleándole” mano, mientras una voz en buen acento paisa grita: “¡Lleve la gorra del papa, la camisa, la sombrilla!... ".


“¡Qué platal!”, exclamaban algunos de esos negociantes informales que esperaban entusiasmados el incremento de sus ingresos, vendiendo cantidad de objetos alusivos al Papa Francisco: camisetas, gorras,  tulas, termos, vasos, denarios, llaveros, camándulas, botones, estampillas, cuadros, sombrillas, libros, ruanas, entre otros. 


Productos exhibidos en un local del centro comercial Villanueva. Los precios van desde los $2.000 hasta los

$ 40 000mil. Foto: Santiago Uribe .


Versiones posteriores de la información oficial, en torno a la derrama económica de la visita el 9 de septiembre a Medellín, acotaron las cifras a 22,4 millones de dólares, con 176 000 visitantes, con beneficios especialmente sectores como hotelería, transporte, restaurantes, y el comercio sin duda. 


Camilo Bernal, director financiero de la Conferencia Episcopal Colombiana, ha dicho que “Nosotros no tenemos marca registrada de la visita. Preferimos dejarla así para que las personas con necesidades y que se dedican al comercio pudieran beneficiarse esos días vendiendo todo tipo de objetos alusivos a la llegada del Papa”. 


También desde el área de comunicaciones de la Arquidiócesis de Medellín señalaron no estar en contra de que la gente elabore productos comerciales con el fin de recibir ingresos económicos en beneficio propio. La Arquidiócesis, por su parte, con el fin de solventar algunos gastos de la visita del jerarca, sacó a la venta 5 000 mil kits, cada uno por el valor de 40 000 pesos, compuesto por camiseta, gorra, termo, tula, denario, y un botón. 


La cruz de colores es el lema escogido para la visita del pontífice a Medellín. Foto: Santiago Uribe .


El kit es diseñado especialmente para la ciudad, con un slogan propio,  diferente al que se ha estado comercializando en almacenes Éxito, distribuido a nivel nacional y producido en compañía de la Conferencia Episcopal Colombiana, el cual tiene como slogan la frase “Demos el primer paso”.  


Camiseta, gorra y mochila por 21 900 pesos, distribuidos por un almacén de cadena. Su precio inicial ha descendido hasta los 10 000 pesos, “para que más feligreses puedan acceder a este”. Se produjeron 473 000 unidades. Imagen: almacenes Éxito.


Es difícil estimar cifras de la derrama económica informal, así como averiguar si las oficiales serán pronósticos precisos, pero caminar algunas calles y sectores del comercio religioso en los días de la visita para confirmar la “Papamanía” en la ciudad. 

Vendedor informal exhibiendo una ruana alusiva al Papa en el Parque Berrío.  Foto: Santiago Uribe.


"El costo de la ruana es de $25.000 pesos. En 20 se la dejo. 15mil si me compra varias”, dice Antonio Macías mientras cuenta que en el día ha vendido 3. Son las 2:00 de la tarde y explica que las personas de avanzada de edad, y algunos turistas que van caminando por allí son sus clientes potenciales.  


A diferencia del Islam y algunas otras religiones que prohíben rotundamente hacer representaciones visuales de sus deidades, en el cristianismo abunda la iconografía globalmente y hay numerosas representaciones tangibles de sus ritos. 


Señalan algunos académicos que estás imágenes religiosas han adquirido un efecto fetiche, como lo explica Natalia Patricia Melo Maturana en su investigación sobre la iconografía religiosa como elemento de moda y diseño: “La iconografía religiosa se destaca por su utilidad, y se diferencia así de las demás, ya que no solo busca representar algo, sino que contiene significados para los fieles que la contemplen. Tiene el poder de representar lo divino y así de alguna forma atraerlo hacia la tierra…”.


Por eso es común que las imágenes religiosas se hagan parte de la vida cotidiana y de fenómenos comerciales como el que ha generado la visita del papa Francisco a Colombia, adquiriendo objetos que cada feligrés dota de un sentido propio y los convierten en un baluarte milagroso, a veces mágico, y también un fetiche.


Estatuilla del sumo pontífice exhibida afueras de la iglesia San José, en la avenida Oriental; hechas en yeso, plomo , caucho o marmolina , su valor oscila entre 20 000 y 35 000 pesos dependiendo el tamaño, explica Isabel Arbeláez. Foto: Santiago Uribe.


Leidy Barrientos, otras de las comerciantes con un puesto establecido a las afueras de la iglesia San José, en la avenida Oriental, sector reconocido por la venta de artículos religiosos, lleva 8 años en su “chuzito”, un toldo donde exhibe medallas, botones, credenciales, cadenas…



Los artículos que ofrece en su puesto Leidy Barrientos; otros de los productos con representaciones de Francisco, ofrecidos a las afueras de la iglesia San José en la avenida Oriental; los precios oscilan entre 1 000 y 30 000 pesos. Foto: Santiago Uribe.


Dice que “hay llaveros traídos de la China hechos de ámbar, que es una piedra semipreciosa compuesta de resina vegetal. Cuesta 5.000 pesos para el cliente y nosotros la compramos 1.200 pesos… También vendemos la moneda del Papa hecha en acero inoxidable.”


Cuadros hechos de madera y pasta china; cuestan entre 10 000 y 30 000 pesos. Foto: Alejandra Ossa.


En esa masificación agitada de productos religiosos, el kitsch hace su presencia con su saturación de elementos estéticos mediante repetición, exageración y hasta drama en los diseños y formas. 

Las estatuillas del jerarca por estos días se compiten un puesto entre Jesús, la Virgen María, y demás santos. Foto: Alejandra Ossa.



La sonrisa del papa es común en casi todos los artículos alusivos a su visita. Afiches a la venta en el local “El Vaticano”, en inmediaciones de la Basílica Metropolitana. Foto: Santiago Uribe.


“El cruce entre lo celestial y el kitsch es aún una total paradoja. Hoy en día, la imaginería religiosa es considerada kitsch por su desacralización, mientras en el arte, el kitsch es considerado perverso, una especie de reciclador”, explica en su trabajo la investigadora de la Universidad de Palermo, Natalia Melo Maturana.   Pero sin necesidad de teoría, los comerciantes se están haciendo su agosto con las imágenes a veces convertidas en fetiches.


Las tiendas más tradicionales de artículos religiosos se ubican detrás la Basílica Metropolitana. Foto: Santiago Uribe.


En locales o en la calle, “el machete” se mueve. Vendedor ambulante ubicado en la acera, debajo del viaducto del metro, diagonal al centro comercial San Andresito. La camisa cuesta $10.000. Foto: Santiago Uribe.


Sin embargo, también hay comerciantes que deliberadamente optaron por no invertir en productos relacionados a la visita del papa, aun dedicándose habitualmente a la venta de artículos religiosos. “Todo el mundo está vendiendo lo mismo, no vale la pena”, dice Amelia Patiño; sobre todo los que trabajan en el centro comercial Villanueva, donde abundan estos comercios. “No me arriesgo a invertir porque después se me queda todo eso ahí y qué”, explica Gerardo Londoño. Otro de los comerciantes expresa:  “Si al menos viniera a la basílica de acá del parque Bolívar,  llegaría más gente para abrir la venta, pero por acá no arrima”.


“¿Qué tiene a la venta del Papa Francisco?”. A la pregunta, en el local Mater Ecclesial de Villanueva, respondió un anciano de cabello blanco con acento extranjero, mientras una mujer hacía gestos señalando que aquella había sido una mala pregunta: “No vendemos cosas de ese señor. (...) La Iglesia se está llenando de paganos, por eso lo eligieron”. Me exhortó a llevarme con devoción “La Medalla de la Salvación” por $5.000 pesos. 


En cifras, los balances parecen cuadrar, considerando las versiones de prensa que señalan que las visitas recientes de Francisco a México y Ecuador costaron entre 1,7 y 1,3 millones de dólares. Habrá que esperar entonces si el acontecimiento deja huellas positivas más allá de lo económico, en lo que sería el primer paso al que llama el lema de la visita papal de Francisco a Colombia. 




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