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  • Juan Diego Hernández Arbeláez /

El fútbol antioqueño como empresa EL MODELO VERDE

En el fútbol profesional colombiano hay una institución que les sacó una ventaja deportiva y económica a todas las demás. El Club Atlético Nacional, reconocido no solo por la calidad de su juego y nómina si no por el balance institucional que ha sabido adquirir y mantener con el paso del tiempo.


Desde que en 1983 el entonces ministro Rodrigo Lara Bonilla denunciara que varios equipos del fútbol colombiano funcionaban bajo la influencia de capitales de origen ilegal, muchos han puesto en duda la rica historia de triunfos y títulos del club verde antioqueño. Sin embargo, desde que la organización Ardila Lule tomó las riendas del club, las dinámicas de uno de los grupos empresariales más grandes del país se han trasladado a la que hoy es la más notable empresa deportiva de Colombia.




Un cambio profundo, un voto de confianza

El verde paisa aspiró a ser un ejemplo de empresa antes de conseguir cualquier beneficio deportivo. Según el diario El Tiempo, el entonces presidente de Postobón, Carlos Alberto Beltrán, afirmaba que el ingreso de empresas privadas al fútbol daba “claridad y mayores oportunidades a los jugadores, sobre todo los de ligas inferiores”. La premisa era que de nada servía la gloria si era efímera, si no estaba acompañada de un buen manejo que le permitiera al club estar por mucho tiempo en la cresta de la ola. Fue allí cuando llegó Juan Carlos de la Cuesta, actual presidente del equipo, quién previamente se desempeñó como auditor financiero en ISA, consultor en la firma Pricewaterhouse Coopers y revisor fiscal en Postobón. En esta última pudo conocer la Organización Ardila Lulle puertas adentro y establecer los contactos que finalmente lo llevarían al club como gerente administrativo y financiero.


De la Cuesta afirma que llegó al equipo con algo en mente: “Crear un modelo de desarrollo deportivo con una misión y una visión que nos permita saber qué es lo que queremos y hacia dónde vamos. Incluyendo buenas prácticas empresariales y sociales”, explica.


Para corroborar que el trabajo del dirigente ha sido tanto exitoso como ordenado, basta con mirar cuales son la misión y la visión del club, y darse cuenta que con la misión se cumple a cabalidad y ¿la visión?


“Para el año 2016 Atlético Nacional será la entidad deportiva colombiana de mayor reconocimiento a nivel nacional e internacional. Queremos entregarle a la afición un espectáculo que colme sus expectativas y le transmita emoción.

Conformaremos equipos altamente competitivos con una mayoritaria participación de jugadores provenientes de las Divisiones Menores, con los cuales buscaremos ser el equipo colombiano con más títulos, lo cual nos permitirá ser actores permanentes de torneos internacionales”.


Los resultados

Atlético Nacional ha demostrado que cuenta, por lo menos, con una nómina para el torneo local y otra para las competencias internacionales. Ha vendido por cifras millonarias a jugadores de sus Divisiones Menores, como Davinson Sánchez, Marlos Moreno y Sebastián Pérez. En los torneos continentales pasó de ser actor de reparto a protagonista, es el vigente campeón de la Copa Libertadores, finalista de la copa Suramericana y el primer equipo colombiano en representar a Suramérica en el Mundial de Clubes. La visión se cumplió al pie de la letra y en algunos aspectos, se superó.


“El éxito se basó en tener un plan estratégico que sirvió para guiar todo el trabajo. Tratamos de tener la mayor transparencia posible para atraer a la multitud y construir el mejor fútbol con una selección de buenos jugadores y un personal competente. Este método de trabajo fue la base de todo”, afirma Juan Carlos de la Cuesta, presidente del club.


Atlético Nacional sembró y ahora está recogiendo. Sus triunfos no pueden mirarse solo desde lo deportivo. En lo que está fuera de la competencia, el equipo verde también ha ganado notoriedad; el ejemplo más reciente son los acontecimientos en el marco de la final de la Copa Suramericana, tras el siniestro del avión que transportaba al equipo brasileño Chapecoense, tuvieron a todo el club como protagonista ofreciendo su apoyo para las gestiones tras el accidente, para coorganizar el notable homenaje que hicieron miles de asistentes dentro y fuera del estadio Atanasio Girardot el día del primer partido de la final suramericana, y para solicitar formalmente a la Conmebol el otorgamiento del título a Chapecoense como reconocimiento póstumo.


Desde lo económico, según reportes de la Súper Intendencia de Sociedades, es el club de fútbol colombiano con mayores ingresos, por premios, patrocinio, taquilla y venta de jugadores además es el único equipo del país que aparece entre las 2.000 empresas más grandes.


Un modelo gerencial que se abre paso con triunfos

Las cosas no fueron siempre fáciles para los dirigentes. Víctor Marulanda, gerente de gestión y desarrollo, asegura que “los primeros años fueron duros en esa labor de mezclar la parte administrativa con la deportiva, se entendía poco o nada el manejo empresarial que queríamos darle a Nacional, incluso se dijo en tono de burla que no se trataba de una fábrica de gaseosas, que el fútbol era un negocio distinto y había que manejarlo como tal. El tiempo puso las cosas en su lugar y terminó dándonos la razón y la aprobación no solo de los hinchas sino de la prensa”.


Otra de las claves del equipo Verde es que, a diferencia de muchos clubes, la plata que ingresa es reinvertida y se ve en qué se están utilizando los recursos. Actualmente cuenta con un predio deportivo ubicado en el municipio de Guarne, el cual está dotado de canchas de fútbol, sala de prensa, gimnasio, consultorio médico, zona húmeda, oficinas, lavandería y camerinos; entre todo ello se destaca el Centro de Alto Rendimiento, un complejo con dotación de punta para la preparación integral y competitiva de los jugadores. Por otra parte, la sede administrativa está en Itagüí, donde además de oficinas hay espacio para un auditorio en el que se realizan charlas y conferencias dirigidas al plantel profesional, juvenil y demás empleados de la institución.


En una entrevista con El Tiempo, Víctor Marulanda contó que “Para todos estos años hay un deseo de que el equipo crezca todos los días como marca; tenemos un trabajo que va en dirección a todo a lo que se aspira. Queremos una mayor infraestructura, que lo estamos logrando; vamos a tener un centro de alto rendimiento de primer nivel y único en Colombia. Estamos mirando el tema de capacitaciones en la parte formativa de nuestros entrenadores; y lógicamente, trabajándole duro a un modelo de juego. Todo esto tiene que ver con el plan estratégico, y estamos buscando que nuestro equipo sea conocido no solo en Suramérica, sino que sea protagonista; y ahora esperamos dar la escala internacional mayúscula, con la participación en el Mundial de Clubes”.


Francisco Sabalza, directivo de la organización Ardila Lule, dice que “el éxito del Verde es que sale a ganar. Instalaciones con tecnología de punta, más la relación con medios e hinchada, un cuerpo médico excelente y un plantel profesional de primer nivel, aseguran buenos resultados que es lo que se está viendo en la actualidad”.


Sin ninguna duda, esta institución es un modelo a seguir para el resto de clubes del país y cada día trabaja para poner más alta la vara, en el futuro próximo se vislumbra un torneo que será visto en todo el mundo y hasta el momento no ha sido ganado por ningún equipo colombiano. Saldrá a jugar con la intención de enfrentar al Real Madrid y con la convicción de que representa la organización deportiva mejor manejada del país y que, siguiendo la senda que lleva, tiene mucho por ganar y nada que perder.


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