top of page
  • Foto del escritorContexto UPB

Usted y yo, entre sueños y dudas


Por: Susana Calle Zapata / susana.callez@upb.edu.co

Soñé una gran cantidad de veces que despertaba y el mundo era diferente, que ya no había un virus asesino suelto, un enemigo invisible que nos hace creer en la suerte y en el destino. Uno que hace tiempo dejó de temer y nos puso a temblar a nosotros, los seres creados a imagen y semejanza. Usted no me creería si le dijera que podría jurar que el mundo entero soñó lo mismo que yo, soñó con esa dolorosa ilusión de que todo cambiaría, que el virus desaparecería.

Lastimosamente, a ninguno de nosotros el sueño se nos hizo realidad, al parecer esto solo sucede en los cuentos de hadas, sin embargo, somos tercos por naturaleza y seguimos queriendo habitar en esa utópica fantasía. Pero despertamos, siempre lo hacemos y volvemos a ver cifras de contagios, muertes y recuperados; es aquí cuando ese sueño, esa esperanza sabe a melancolía con dos cucharadas de desilusión, bienvenidos de nuevo a la realidad.

Usted me llamaría “mentirosa” si yo le dijera que a pesar de que el virus nos afecta a todos, que es un problema común que ha sacado a flote nuestras inseguridades, no todos lo vivimos de la misma forma y no hablo de la intensidad ni de la gravedad, sino de la probabilidad. Por favor no me malentienda, no le hablo de fórmulas complicadas que nos agotan, sino de cálculos simples que convierten en cifras a aquellos que en algún momento lucharon por su vida y salieron victoriosos o por el contrario, a los que les faltaron fuerzas o instantes para seguir luchando.

Hace tiempo que usted y yo vivimos en un caos que por alguna extraña razón llamamos monotonía, vivimos en una “rutina” que es todo menos eso pues, aunque no nos demos cuenta, cada vez es más grande la brecha entre unos y otros. Todo a nuestro alrededor cambia, algunas veces para bien otras para mal, pero cambia y nosotros tenemos la valentía de decir que es “una vida aburrida”.

Hoy me gustaría contarle, que según un reciente estudio de la Universidad de los Andes, un ciudadano que vive en estrato 1 tiene 10 veces más posibilidad de ser hospitalizado o fallecer por COVID-19 que alguien que vive en estrato 6 y una persona que vive en estrato 2 tiene el doble de posibilidades de ingresar a una UCI que una persona que vive en estrato 6… es aquí cuando pienso, ¿Dónde están todos esos discursos que nos hacían pensar que el virus era ciego? Que nos da a todos por igual, que no sabe de razas, estratos, etnias, ni religiones, al parecer el virus no es tan justo como pensábamos, tan imparcial.


<< En cada negocio en la calle, una historia de humanidad. Foto: Isabel Salazar Ruiz.


Ahora, le suplico que me explique cómo se vende tinto por Zoom, cómo comprar un solo cigarrillo por internet que generalmente viene acompañado de una buena conversación que suele iniciar con “¿Muy movido el día?” o “¡Que es este calor por Dios bendito!”, cómo hago para que en Rappi me salga una empanada de iglesia con ají o papás criollas con salsa rosada, por favor, explíqueme cómo estas personas, que hoy tengo la valentía de llamarlas “Los amigos de todos”, sobreviven a una situación como esta, donde es morir o morir, de hambre o del virus, el mismo efecto pero diferente causa.


Por esto hoy, recuerdo una cita del libro “La pedagogía del virus” de Boaventura de Sousa Santos: “Las recomendaciones de la OMS parecen haber sido diseñadas con una clase media en mente, que es una pequeña fracción de la población mundial.” Y me cuestiono ¿Está el gobierno pensado en las mayorías? Porque ellos, los trabajadores informales, según el DANE, son el 40.4% de la población del área metropolitana de Medellín, entonces por favor dígame ¿Qué clase de pensamientos están en la cabeza de nuestros dirigentes? Ayúdeme a comprenderlos por favor, pues yo ya no entiendo lo que está pasando, al parecer me perdí el momento en el que el mundo empezó a girar al revés y todo parece indicar que usted también.

Publicaciones recientes
Archivo
Buscar por etiqueta
¡Comparte este contenido en tus redes sociales!
bottom of page