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Reír para pensar: un recorrido a las distintas posturas del humor


Actualmente, al humor se le han exigido unas transformaciones debido a las dinámicas actuales de consumo de información. Una comedia ahora se personifica en el artista, su público y un contexto social que mide el sentido de la risa.


Por: Karen Vanesa Bueno Estrada - Susana Katich Restrepo / periodico.contexto@upb.edu.co


Definir el humor es un trabajo casi limitante. No se puede precisar porque no es solo una cosa y hay casi una infinidad de relatos diversos y complejos dentro de esta palabra. Es algo que no tiene forma y, aunque tenga sus bases, se ha transformado con el tiempo y espacio. No obstante, sí hay una característica que ha perdurado en todos los formatos, relatos y formas de hacer humor: el objetivo de alivianar la cotidianidad.


A pesar de mencionar que el humor es abstracto, incompleto y somero, muchos autores se han dado a la tarea de definirlo en algún punto. Rúben Dario Ruiz Vega, menciona en su ensayo Los límites del humor…¿Existen?, que el humor es “la capacidad para percibir algo como gracioso, lo cual activa la emoción de la hilaridad que se expresa a través de la sonrisa o risa”.


Es un ritual que comienza a través de una emoción placentera que da como finalidad una expresión de sonrisa y una carcajada intensificada que, hasta en los momentos más arriesgados para el humano, es una necesidad irremplazable. Como lo menciona Freud en su libro El chiste y su relación con lo inconsciente (1905), el humor es “la más elevada operación defensiva frente a la posibilidad de sufrimiento. Se caracteriza por ser liberador, grandioso y patético”.


En sus diferentes tratados, el filósofo Henri Bergson, relata que la risa es una reacción intrascendente, tan humana que no puede hacerse con base en juicios morales, es decir, una palabra que no transita entre el bien y el mal. Por otro lado, Andreu Buenafuente, uno de los referentes de humor español, expresó en una entrevista para el proyecto Mejor conectados de Movistar, que “la comedia es una forma de contar la vida sin tanta impostura, adquiriendo una capacidad de sacar de túneles, pozos o cuevas a las personas a través de una risa”.


Por tanto, el humor es un eje liberador para el hombre desde la cotidianidad hacia los diferentes contextos sociales y culturales en que nos desenvolvemos. Sin embargo, ¿hasta qué punto se debe llegar para hacer reír a alguien?, ¿el humor es controlable? o, por el contrario, ¿no se debe limitar?



Humor en el ámbito digital y las redes sociales


Actualmente el humor digital se ha convertido en la principal herramienta de comunicación. Los diferentes universos en las redes sociales han permeado el humor como un arma poderosa en los relatos que hoy conceden a la tecnología y que van más allá del mero entretenimiento. Temas controversiales como la política, la religión, la sexualidad, entre otras más, han sido acogidas en sus líneas y tipos de producciones que otorgan, generando no solo un impacto en la sociedad, sino también una conexión y fidelización con los públicos.


A través de él, hemos transformado nuestras visiones y narrativas del mundo en toda la saturación de memes, sátiras, parodias y personajes que hacen de su arte un símbolo de expresión fresca y genuina en los ámbitos socioculturales. Pese a ello, romper el hielo, aliviar el estrés y compartir experiencias, se ha vuelto una odisea completa en una cultura del internet que hoy por hoy invita a reírse de manera informada y respetuosa en dichas plataformas, donde la libertad de expresión no parece tener límites.


Por eso, ahora la sociedad le pide a los ‘influencers’ contenidos de valor basado en conocimiento, que por el contrario muchas veces lo light o lo efímero sobresale por encima de la realidad y lo divertido por medio de las plataformas. En este caso, muchas de estas personas salen a decir cualquier cosa, sin conectar con el público y generando choques.


El humor en las redes sociales ha apostado por compartir con sinceridad y honestidad la figura de diversas personas que se dedican a esto, directamente mostrándose como ejemplo de lo que ellos quieren sentir y disfrutar. Hay muchas formas de hacer reír por medio de diferentes productos y canales, como los videos y las fotografías, los podcast o las canciones, los memes y las caricaturas, hasta los shows en vivo y el stand up comedy, que al fin de cuentas, se han trasladado todos al entorno digital.


James Alzate, trovador ,y Juandy, creadora de contenido digital, comparten sus ideas y experiencias sobre lo que es el humor.




El humor se ha transformado desde diferentes perspectivas en un producto expresado con unas características particulares. Actualmente, uno de los más grandes cambios en el humor es lo digital y cómo el público lo está consumiendo a través de las redes sociales. En general existen muchos tipos de humor, que en definitiva se identifican y se diferencian por medio del canal qué se quiere transmitir la información.


La censura en la era digital del humor


“El mejor termómetro para una sociedad es el sentido del humor”, expresa James Alzate, Rey nacional la trova de la Feria de Manizales 2023, mientras reflexiona acerca del poder en el humor y sus limitantes en la sociedad.


Desde pequeño se interesó por el arte y la cultura, empezando por el teatro hasta llegar a la trova gracias a Germán Carvajal, quien era su profesor. Durante 2005 y 2006 participó del proyecto “La familia Flores”, una iniciativa para promocionar la feria, que terminó en más de una década representando al personaje Cartucho. Desde ese momento, James comenzó a trovar y nunca se alejó de esta composición.


Composición: Karen Bueno - Susana Katich


Para James, lo digital en el humor es un simple apellido que acompaña algo que ya existía, un humor que ha evolucionado en la masificación de las redes y sus particularidades. Sin embargo, el trovador destaca el lado riesgoso de este panorama: “Cuando hay tantos espacios y canales de comunicación cualquier persona sale y dice cualquier cosa”. Es decir que, los humoristas tienen una responsabilidad ante sus comentarios por estos medios, “es más un llamado a la ética de lo que hacen y cómo lo hacen”, expresa Alzate.


Un acto humorístico fácilmente llega a lo digital desde el mismo instante en que que se graba cualquier evento de comedia dentro de un bar, teatro, café, entre otros espacios que sin estas herramientas no tendrían la misma proyección. Ejemplos de ellos son espectáculos como Perros criollos o Del Humor y Otros Demonios, el contraste es que hay un público que paga por una boleta, firmando un tipo de contrato, como lo explica James, quién destaca que al comprar esa entrada, las personas están pagando por algo que ya deben saber a lo que van. Por su parte, en las redes sociales el panorama está abierto a cualquier interpretación sin ese preámbulo.


Estos rasgos describen los riesgos del entorno digital, tanto para el humorista como para la sociedad. Dentro de una puesta en escena, el humorista y el público hacen un pacto de complicidad humorista positiva, en cambio dentro de las redes existe el riesgo de “la vulneración de unos derechos sobre una población que tiene unas luchas reivindicativas”, menciona James.


Desde su perspectiva como creador humorista, Alzate sostiene que no solo existe ese riesgo de la diversificación del humor a lo digital, también entra en discusión lo peligrosas que pueden llegar a ser la censura y la cancelación. Recientemente, este concepto ha tomado protagonismo en lo digital por el efecto que puede llegar a producir la audiencia al consumir cualquier tipo de contenido. En consecuencia, la amenaza está realmente en la segmentación de los públicos, quiénes al exigir lo contrario a la reflexión, le dan paso al humorista para que radicalice más su discurso.


Por eso, James Alzate insiste en que “hay que exigirle a los humoristas una mayor ética y no viceversa, no socialmente censurar a los humoristas o sea que cada uno sea dueño de sus límites y reconozca hasta dónde puede llegar”. En efecto, cada quién acomoda su narrativa según lo que le conviene, pero finalmente, en vez de generar una unión en la conversación, el público se pone en la posición de oprimir y quitar la libertad de expresión del otro. El joven rey de la trova cita como ejemplo el portal Actualidad Panamericana, quienes han llegado a “un humor mucho más consensuado” por la cancelación que han tenido en las redes sociales, concluye Alzate, e interpreta como desalentadores los cambios que le han restado un poco el chiste en este tipo de humor.


Una revolución a través de los trazos


Malbuena desde pequeño siempre se ha interesado por el arte. Su lugar preferido en el descanso siempre fue el salón, un espacio solo para él y sus garabatos. Actualmente, a sus 26 años, se encuentra estudiando Diseño Gráfico, sin dejar de largo su trayectoria como un joven revolucionario e interesado en las dinámicas políticas y sociales.


Composición: Susana Katich - Karen Bueno.


Desde 2015 comenzó en el mundo del activismo político, pero no de la manera convencional, sino a través de la caricatura, un formato donde la sátira y crítica se expresan sin miedo a nada. Fue así como en el Paro Nacional de 2021, Valbuena tomó fuerza entre aquellas voces que no desean ser silenciadas. Por medio de sus redes pudo desarrollar con fuerza los reclamos de todo un pueblo colombiano que estaba siendo censurado.


Es un propósito que hoy en día mantiene en un vínculo amoroso por sus creaciones que brindan de una manera más digerible el contexto violento e injusto del país. “Siempre he pensado que este tipo de trabajos de humor gráfico no van a tener gran relevancia para hacer una revolución o transformar la conciencia colectiva de todo un país, pero sirven para un modo de reflexión, es un escape triste de la realidad que uno vive. Creo que te permite dar un respiro de todo lo agobiante que vives de distintas maneras”, menciona.


Sin embargo, no todo ha sido color de rosa, porque a pesar de hacerse popular por la dura crítica hacia el Gobierno de Iván Duque, los comentarios de odio en las redes sobresalieron al manifestar desacuerdos con el Gobierno actual de Gustavo Petro. Fue un golpe que lo afectó pero que, pese a todo, le permitió dar un nuevo inicio a lo que hoy se ha convertido en su público: un espacio para confrontar y dialogar de temáticas incómodas.



Los esfuerzos de Malbuena apuntan a un humor cero facilista y que va mucho más allá de ofender con estereotipos o problemas personales que solo nacen de la vulnerabilidad, como él lo menciona: “Hay humor para todo…Por ejemplo a mí me gusta el humor negro, es un tipo de humor que consumo por mi cuenta y nunca lo hago público pero lo disfruto. El humor no debe tener ningún limitante pero en mi caso siempre hay líneas rojas”.


Por ello, manifiesta la importancia de abrir espacios en las dinámicas que envuelve el humor, en una actualidad que vive y se comunica a través de él de distintas maneras. “Cuando se toman posiciones muy radicales o extremas, se debe ir al debate, porque son temas que se deben hablar y cuestionar. Yo creo que no se debe cancelar a nadie por su opinión porque estamos en una democracia”, expresa el bogotano, con un timbre de voz elocuente y tranquilo.


Tragedia, realidad y dolor: la esencia del stand up comedy


Le apasiona la radio, la comedia, el cine y el teatro. Ella es Estefanía Useche, una comediante que actualmente se dedica al stand up comedy desde su cotidianidad en Medellín. “Está la forma en la que desde tu tragedia puedes aterrizar la información a la gente y cómo logras contarla”, explica la habitante de Bello, quien desde su humor sutil y picante se pone de ejemplo ante diferentes asuntos que la rodean en su día a día.


Ser de Bello, haber tenido un Twingo, montar en taxi y pertenecer a la comunidad LGTBIQ+, son algunas de las temáticas que utiliza Estefanía como decisión personal, basado en lo que ella quiere sentir y finalmente disfrutar. El humor se ha transformado en un instrumento para llevar la información desde una crítica social acompañada de una postura individual. Esta fue la forma de empezar a contar las historias de una manera más entretenida y estructurada, dando origen a la creación de los monólogos humorísticos.


Composición: Karen Bueno - Susana Katich


“A mí no me gusta hacer comedia a costillas del dolor del otro”, menciona la comediante mientras enfatiza cómo la postura de ella, al igual que la de todos los comediantes, se puede convertir en un instrumento de información con la posibilidad y el permiso de ponerse como ejemplo ante muchos temas difíciles desde sus propias vidas y tragedias. La esencia del stand up comedy, al igual que la de cualquier persona, se resume en la realidad y el dolor.


Además de la comedia, Estefanía es comunicadora social y periodista de Uniminuto, premiada como la mejor egresada de su facultad. Desde su profesión, sin limitar las cinco principales formas de ejercer la carrera, ella también desempeña la tarea de observar. Desde un parque o cualquier otro lugar o situación, esto se convierte en fuente de información al ver qué pasa en frente de sus ojos para transformarlo en material de comedia.


Sin embargo, entre más íntimo se haga el humor, más funciona para el público que también vive cualquier situación similar. Ser de Bello se convirtió en un puente para “matar esos prejuicios”, aunque en un comienzo la gente se ofendió pero terminó siendo un forma de comparación donde las personas se divertían, expresa ella. Incluso, el humor es la posibildad de ser sinceros y honestos, sin caer en un bucle o burbuja de esconderse detrás del papel del comediante.


A fin de cuentas, para Estefanía es innecesario entrar en la discusión de explicar su comedia ante quienes no entienden el humor y suelen ofenderse. Esto se reduce a sacar la realidad a un contexto divertido, algo que la inteligencia artificial todavía no podría reemplazar por la cuota de humanidad que utiliza el humor, la esencia del stand up comedy.


Finalmente, ponerse como ejemplo logra empatizar con el público, quien se puede sentir identificado. La comedia es la forma de hacer reflexión y voltear el panorama ante esas situaciones de la cotidianidad. Useche afirma que la dificultad más grande es que “no nos enseñaron a reír de lo cotidiano, constantemente había una castración ante la comedia”, concluye, con la idea de que cada día se aprende a desbloquear nuevas formas de hacer reír desde la tragedia o lo inesperado.


Una muestra genuina de los 2000


No hay día en que Juandy no se muestre como ella es. A través de sus relatos de desamor, su vida con el centro de Medellín, sus reinados de moda y su encanto por las telenovelas viejas la han posicionado como una digna tía que hoy en día reina en las redes sociales, como una mujer auténtica que da inspiración a su comunidad de cibernautas.

Composición: Susana Katich - Karen Bueno


Juandy comunica por medio de sus contenidos un humor negro, pero más encaminado a mostrar lo gracioso y lo honesto de su propia tragedia, que termina siendo una conexión transparente y liviana con un público que se siente identificado y cercano con lo que comparte en su día a día.


Su humor sarcástico ha logrado conectar con una audiencia que justamente se siente representada en esa imagen que muestra. Desde la personificación y lo divertido de su humor, Juandy ha identificado situaciones donde “la gente no encuentra la manera de unir las palabras o exponer algo”, menciona con un sentimiento de orgullo ante lo que ha logrado sus contenidos. De hecho, para ese tipo de público que no sabe cómo expresar lo que siente, la risa se convierte en un medio para alcanzar esa representación de sí mismo, siendo “la sátira un buena herramienta comunicativa en el humor para lograr llegar un poco más a la gente”, agrega.


Reírse de la complejidad siempre ha sido algo característico en los años que lleva compartiendo sus narrativas de vida. Desde los once se ha construido a través de los recuerdos de infancia de muchos de nosotros. Artistas, series, accesorios y ropa se visten en aquella personalidad espontánea que ríe en la trágica ciudad de las montañas, sin necesidad de atacar y sacar de los dolores ajenos unas risas pasajeras. “Yo creo que hay que saber cuándo sí y cuándo no. Antes de dar una información hay que corroborar, porque uno no opina de lo que no sabe”, expresa con un tono paciente.


Para Juandy la moda y sus referentes han sido un acercamiento a crear esa identidad que le apasiona y la representa. “Siempre he sido muy fiel a mí misma, siempre he sido muy yo”, enfatiza al conversar sobre su autenticidad y originalidad dentro de una red saturada de personajes y contenidos. Para ella, la moda y las tendencias “dosmileras” fueron una canal para crear, tomar y hacer de esos gustos, una persona auténtica que disfruta cuando le llega a otras personas que se inspiran de ella. Esto la hace entender que su audiencia está disfrutando y le está gustando lo que les llega finalmente.


Referentes como Britney Spears, Paris Hilton, Anahí y Mia Colucci, han sido el camino que Juandy ha tomado para mostrarse como realmente se siente y disfruta, pero Britney Spears será un referente que siempre estará en el primer lugar como su favorita. Con estas referencias, ella consigue retratar el humor desde un ámbito íntimo, dinámico y cercano que inspira a los demás a alzar su voz de una manera auténtica, como siempre lo han querido.


Los retos del humor en las plataformas digitales


La comedia y el mercadeo se han convertido actualmente en una compañía de negocios para muchas empresas que quieren prosperar. Es un eje central que genera emoción, recuerdo y ayuda a la estrategia de muchas marcas, las cuales han buscado un campo de éxito a través de la temática humorística.


Paola Hincapié, docente de la Universidad Pontificia Bolivariana y directora de contenidos de El Grifo, se ha interesado en investigar las comunicaciones a través de la tecnología y sus tendencias; las cuales permean constantemente nuestras relaciones no solo como audiencias sino también como personas de la cotidianidad.


Composición: Susana Katich - Karen Bueno.


Las herramientas que las marcas pueden utilizar no son las más efectivas en algunas ocasiones en las que no hay conexión con el tipo de público en las redes. Hincapié señala que: “El humor puede hacer parte de la estrategia pero a veces, teniendo en cuenta la coherencia de la marca, no puede estar en gran porcentaje”.


Un ejemplo claro es Billie, una cuenta dedicada a la promoción de rasuradoras, que, con base en las contratendencias, convierte la experiencia del vello como un espacio para reír a través del empoderamiento y el feminismo. Es una forma diferente de expresar la belleza, a través de un trato divertido pero respetuoso que incluye a todas las usuarias en temáticas que a veces son incómodas y caóticas. “Me encanta poner de ejemplo esta marca porque es coherente con los tiempos de hoy y comprende las tendencias que hay. No señala a la nena que no se quiere motilar sino que la reconoce; generan conversación y un juego lindo y divertido”, resalta Paola.


A partir de este ejemplo, Paola menciona la importancia de entender el humor y su complejidad como una perspectiva que no se puede tomar a la ligera. “El humor termina siendo una herramienta que ayuda a la conexión de las audiencias pero el humor no es fácil, digamos que hacer una conexión en ese sentido implica un talento y una habilidad, que se empieza a perfilar desde la comunicación”.


La cultura de la cancelación, ha sido el miedo latente de muchas empresas, las cuales, a pesar de su deseo de ganar corazones, han hecho todo lo contrario al no conocer las macrotendencias, como un elemento clave que hace entender el entorno y los límites que este expone en los universos digitales.


“El tema de la cancelación siempre ha existido y es una consecuencia de las tendencias que estamos teniendo ahora. Por eso es importante que la marca tenga claro su valor diferenciador, sus audiencias y que siempre esté comunicando su valor para que puedan ser audiencias coherentes. Tú nunca te puedes fijar en la competencia y es uno de los cambios que ha tenido el marketing”. expresa Paola, sobre la importancia de investigar el comportamiento del consumidor en un mundo cada vez más acelerado y de cambios repentinos.


De remate


Desde internet y las redes sociales, los límites del humor se cruzan con el algortimo, que arroja todo tipo de contenido, aunque no sea de agrado para el usuario. En realidad, el humor desde el entorno digital está generando pequeños nichos de consumo en las audiencias, imposibilitando crear conversaciones incómodas o reflexivas que son necesarias para la construcción y sentido del humor dentro de estas plataformas.


Para el trovador James Alzate, el humor finalmente termina siendo a la larga un producto, con su línea gráfica, su público objetivo, su mensaje, sus estrategias digitales, entre otros factores que se dedican a llevar el mensaje a su usuario o cliente final. Esto, en definitiva, termina siendo limitante ante una diversificación y masificación de contenidos en la red que solamente le están hablando a su nicho específico, como en su momento lo fue Juanpis González.


Los límites del humor terminan siendo un paradigma ético que no debe censurar, sino, por el contrario, abrir nuevos espacios que permitan exponer la voz y posición del otro, como propósito de aprendizaje y entendimiento en espirales violentos y caprichosos que hoy tenemos el derecho de manejar como usuarios en nuestros diferentes contextos.




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