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Postales de los tiempos cotidianos 


Por: Valeria Bilbao Córdoba y María Clara Ortiz Ossa. Edición Contexto / periodico.contexto@upb.edu.co 


“Los ritos, actos repetidos invariablemente, son una forma de honrar o reconocer la importancia y el significado de un momento en específico (...) Quiero mantener la memoria de estas técnicas y eso es lo que me llena”.  Carlos Felipe Ramírez Mesa. 


El que habla es Carlos F. Ramirez, más conocido como “Cafera “, destacado investigador y creador artístico que ha dedicado su carrera a explorar las profundas intersecciones entre la fotografía, el archivo, la visualidad y diversos campos del pensamiento y el lenguaje. Desde 2014, ha viajado por todo el mundo, reviviendo y perfeccionando procesos fotográficos analógicos, históricos, con un enfoque particular en el colodión húmedo.  


Por años, Cafera ha logrado plasmar en sus obras la belleza que oculta lo cotidiano, lo cual acaba de compartir en la exposición: Todo acto es un ritual, en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. Mediante la fotografía en película y colodión húmedo, una técnica del siglo XIX, da cuenta de los actos que conforman la memoria individual y colectiva, las creencias, experiencias, gustos y oficios que materializan la cotidianidad.  


Carlos Felipe Ramírez combina su trabajo como fotógrafo y realizador audiovisual con la docencia. Foto: Cortesía.


“El día a día se encuentra lleno de pequeños rituales, si se presta atención. La cantidad de procesos involucrados en las acciones diarias como servirse un café, secar el arroz y sentarse a la mesa se convierten en paisaje. Lo cotidiano es merecedor de verdad o asombro”, explicaba el texto introductorio de la exposición. 

 

¿Qué lo hizo inclinarse a su carrera como fotógrafo?  


 “Desde que tengo memoria, llevo una cámara en la mano. Esa cámara era de mi abuela. Los álbumes que ven en la exposición no son míos, sino que pertenecen a mi abuela, quien me sentaba a ver el álbum familiar con tarjetas de visita y empezaba a mostrarme retratos de todos mis antepasados. La fotografía siempre ha estado en mi”.  

 

Hablando de su formación artística, ¿por qué decidió enfocarse en técnicas antiguas, sabiendo que hoy en día hay miles de posibilidades para retratar personas y espacios?  


“Como siempre estuvo en mi la fotografía, se volvió un paisaje. Un día, mientras estudiaba guion en Los Ángeles, llevaba mi cámara digital y tomé más de 10.000 fotos; cuando me senté a ver todo lo que había capturado, nada me gustaba. El acto fotográfico me dejó de llenar. Luego me empecé a devolver a cuando mi papá me enseñó a hacer en cuarto oscuro, blanco y negro, cómo revelar una imagen; y empecé a retroceder bastante y ya llevo 10 años trabajando y especializándome en estas técnicas antiguas”. 

 

¿Cómo surgió la idea de hacer la exposición con base a lo ritual y a lo cotidiano?  


“Se dio gracias a un momento muy coyuntural de nuestras vidas [refiriéndose a Camila, su compañera] donde nos fuimos a vivir juntos, nos casamos y empezamos a tener unas conversaciones trascendentales sobre nuestros ritos, los espacios que empezamos a habitar y los recuerdos más importantes”. 



<< Todo acto es un ritual, en la Biblioteca Pública Piloto. Foto: Contexto.


¿Qué siente al ver plasmados estos rituales que pueden ser tan personales en la exposición?  


 “Yo siento que es como un filtro de mis vivencias personales, para lograr que sean lo más genéricas posibles y que el espectador resuene con ellas. Cuando se empieza a mostrar detalles tan íntimos en una exposición, nos hacemos vulnerables a la idea o concepción que los demás pueden tener de cada uno”.  

 

¿Por qué los círculos son elemento clave en la exposición? 

 

“Es una forma primogénita del rito, como se puede ver desde el fuego al ser una manera natural, porque en la naturaleza no hay línea recta, las cosas biológicas son muy circulares. Así por medio de los círculos se da un acto de fe”.  

 

¿Por qué ritualizar la rutina? 

 

“La rutina está compuesta de micro ritos de los cuales no nos damos cuenta o que tal vez ya están demasiado interiorizados. La manera en que desarrollamos nuestro día es un rito, pero lo volvemos paisaje. Por ejemplo, las cosas que son súper bacanas y que tienen magia, comienzan a perderla. Esto es un llamado a que todos esos pequeños lugares, acciones y cosas que cuando se vuelven rutina, pierden también el encanto, pierden lo que les da sentido”.  

  

¿De que se trata la técnica fotográfica del colodión húmedo? 

 

“Es coger nitrocelulosa (explosivo plástico), ponerlo en eter y nitrato de plata en una superficie no porosa (vidrio o aluminio), aplicarla, de nuevo colocarla en nitrato de plata y dispararlo en una cámara de placas para dejarlo 16 minutos como máximo y revelarla para que no se dañe la imagen y así obtenerla”. 

 

¿Por qué utilizar técnicas antiguas? 

 

“Yo podría estar tomando fotos en digital como actualmente se hace, pero el hacer fotografía con técnicas del siglo XIX, es la razón más grande por la cual quiero mantener la memoria y porque es lo que verdaderamente me llena”.  


La experiencia de Todo acto es un ritual incluye propuestas en video y paisaje sonoro. Foto: Contexto.

 

¿Tiene otro proyecto en mente o que ya esté realizando?  

 

 “Dos charlas, un taller, la siguiente serie que apenas estoy escribiéndola, estoy haciendo un montón de cosas audiovisuales profesionales y unos tres videojuegos. Uno no deja de vivir la experiencia creativa, siempre es el proceso de uno y a veces también son momentos de silencio. Llevaba 2 años sin exponer”.  

  

A veces hay muchos prejuicios frente a las personas que se dedican al arte, ¿usted qué les diría a esas personas que desaniman a los futuros artistas con estos comentarios?  

 

 “El artista en los últimos tiempos se poetizó mucho, siempre han sido personas muy tesas en su oficio. Usted tiene que ser juicioso, trabajar el arte como si fuera una oficina y buscar sus maneras de querer hacerlo, esa es la diferencia de quien lo hace por hobbie y quien es artista de verdad. Yo no me considero artista, yo soy fotógrafo. Del arte sí puede vivir la gente, pero no es fácil”.  



La propuesta ded Cafera incluyed también objetos que rafirman el sentido de la reflexión sobre lo cotidiano. Foto: Contexto. >>



  

La persistencia de Cafera es prueba de su compromiso con un trabajo que no es simplemente una reproducción del pasado, sino una reflexión profunda sobre la visualidad, la memoria y el presente que hay en lo cotidiano. En un tiempo donde lo efímero predomina, especialmente en la imagen, este fotógrafo recuerda que la imagen, al igual que la vida misma, es un acto ritual lleno de significado y propósito.  

 

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