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¡Ladridos en el aula! La tendencia en las universidades de Medellín

Stephanía Zapata Hincapié / stephania.zapataupb.edu.co

Según la Secretaría de Salud de Medellín, en 2023 se efectuaron más de 843.000 diagnósticos relacionados con la salud mental (290.000 asociados a estrés, 190.000 a trastornos mentales y del comportamiento y 187.000 por trastornos de humor). En un intento por abordar el creciente problema de salud mental entre los estudiantes universitarios, varias instituciones en Medellín han adoptado una medida fuera de lo habitual: permitir que los perros de apoyo emocional acompañen a sus tutores en los campus.


Si bien esta iniciativa ha sido recibida con entusiasmo por muchos, plantea interrogantes sobre sus efectos sobre la dinámica y la convivencia en el entorno universitario. Además, surgen preguntas: ¿Qué es un perro de apoyo emocional?  ¿Dónde se origina el concepto?


Aunque no se define una fecha exacta, se aproxima a 1976 el momento en que la enfermera Elaine Smith, propuso la idea de un acompañamiento terapéutico que involucraba a los caninos para el soporte emocional de las personas.

   

Los defensores de la determinación en las universidades destacan los numerosos beneficios que los perros de apoyo emocional pueden reportar a los estudiantes. Santiago Jaramillo, estudiante de Ingeniería mecánica de la Universidad EAFIT enfatiza la importancia de incorporar perros de apoyo emocional a la vida el campus universitario. Para él, la presencia de los canes es una estrategia efectiva para fomentar actitudes positivas y mantener altos niveles de energía.


Nicholas Epley, profesor de Ciencias del Comportamiento, en su libro titulado “Mindwise”, sostiene que se ha demostrado que la presencia de estos animales puede reducir los niveles de estrés, ansiedad y depresión, proporcionando un apoyo valioso ante desafíos académicos y personales. Además, la interacción con los perros puede fomentar la socialización entre los estudiantes, creando un ambiente más acogedor y comunitario en el campus, como se puede observar en las sedes de varias universidades de Medellín en las que con cada vez más frecuencia se ve a los estudiantes y profesores conviviendo y a veces interactuando con los perros de apoyo emocional.

 

Una de las principales preguntas que surge es cómo las universidades se prepararán para estas novedades en sus campus en los que entonces se debe considerar áreas designadas para que los perros puedan descansar y jugar de manera segura, así como también se debe establecer normas claras sobre dónde y cuándo se permitirá la presencia de los perros en el campus. 


Nicolás Umaña y Zeus comparten con sus compañeros y amigos en el campus de la Universidad EAFIT en Medellín.

Foto: Stephanía Zapata Hincapié.


Algunas universidades ya han tomado medidas para adaptar sus espacios. Por ejemplo, la Universidad de Antioquia implementó un protocolo para regular la presencia de perros de asistencia médica y de apoyo emocional en sus campus, con el objetivo de atender las necesidades de quienes requieren la compañía de estos animales para su bienestar físico o mental. La Resolución Rectoral 50912, emitida el 19 de diciembre de 2023, establece normas y requisitos para que las personas puedan acceder a los espacios de la institución con sus mascotas. Entre las medidas se encuentra la creación de áreas especiales para que los perros disfruten de espacios abiertos y seguros en el campus, siempre bajo la supervisión y responsabilidad de sus dueños. 


Entre los requisitos más importantes que se pueden destacar de las regulaciones en la Universidad de Antioquia están:  

  • Tener un certificado médico o psicológico que justifique la necesidad del perro. 

  • Tener un certificado de adiestramiento y vacunación del perro. 

  • Cumplir con las normas de seguridad y convivencia establecidas en el protocolo. 

  • Llevar al perro con collar, correa y placa de identificación en todo momento. 

  • Respetar los derechos de las demás personas que comparten los espacios de la Universidad, especialmente de aquellas que puedan tener alergias, fobias o preferencias respecto a los animales. 


Asimismo, las universidades CES y EAFIT han establecido normas estrictas para garantizar el bienestar de los perros y su integración positiva en la vida universitaria. Estas medidas incluyen la verificación de certificados médicos y de adiestramiento, así como la educación continua sobre la importancia de los perros de apoyo emocional en el campus. 

  

En la Universidad Privada Boliviana, se requiere una solicitud previa a través del área de Bienestar Universitario para una evaluación profesional para determinar la necesidad del acompañamiento y la idoneidad de la relación entre estudiante y perro. 


Similar a la obtención de una licencia para pisar el campus, los perros de apoyo emocional también deben presentar su documentación: un certificado médico emitido por psiquiatras o psicólogos, identificación del animal y un carné de vacunas completo. 


Escuche aquí los testimonios y opiniones sobre los animales de apoyo emocional en las universidades



Nuevos personajes en el campus

En los corredores de la Universidad EAFIT, una figura destaca entre la multitud con una presencia tan reconfortante como notoria: es Zeus, un perro pastor alemán que acompaña fielmente a Nicolás Umaña, una singular dupla que encarna una historia de vínculo inquebrantable y superación personal que ha capturado la atención de la comunidad estudiantil y más allá. 


Nicolás encontró en Zeus mucho más que un simple compañero canino. Decidió compartir su hogar con un perro que ya tenía ocho años y medio, que se convirtió en un pilar tras la muerte del padre de Nicolás. Zeus no solo brindó consuelo incondicional, sino que se convirtió en una fuerza motivadora para la recuperación emocional. 


Con dedicación y paciencia, Nicolás adiestró a Zeus para que respondiera a comandos específicos, otorgándole una conciencia única de su entorno y necesidades. Este adiestramiento, respaldado por el permiso expedido por un psicólogo, certificó la condición de Zeus como perro de apoyo emocional, respaldo esencial para el bienestar de Nicolás. 


Sin embargo, su presencia en la universidad no ha estado exenta de desafíos. A pesar de contar con todos los permisos requeridos, Nicolás tuvo que esperar que la universidad hiciera la respectiva verificación psicológica y la demostración de la no agresividad de Zeus ante un adiestrador. 


En su día a día, a ambos se les puede encontrar en el transporte público, bajo miradas de todo tipo, muchas desde el desconocimiento del trabajo de los perros de apoyo emocional, ya sea porque los rechazan o porque ven allí la oportunidad de simplemente poder llevar un animal de compañía a todas partes. Sin embargo, es importante destacar que el Decreto 1079 de 2015 permite el transporte de animales de compañía siempre que se cumplan las condiciones y requisitos correspondientes. 


En su defensa de este derecho, Nicolás no solo aboga por sí mismo, sino por todos aquellos que encuentran en sus compañeros caninos un apoyo vital en su lucha contra las adversidades. Su historia es un recordatorio conmovedor de la fuerza del vínculo humano-animal y la importancia de la inclusión en todas sus formas. 



Según Paulina González, psicóloga de la Fundación Tregua, el contacto con los caninos promueve el aumento tanto de la serotonina, conocida coloquialmente como la hormona de la felicidad, como de la oxitocina, conocida también como hormona del amor. De ese modo, González resalta la importancia del rol de los perros de apoyo emocional como "biorreguladoras anímicos y reguladores del ritmo cardíaco".

 

Paula Castelblanco, Magíster en Psicología Cognitiva y del Aprendizaje, explica que los perros de apoyo emocional constituyen un respaldo fundamental para la salud mental de sus dueños, poseen el privilegio de viajar en la cabina de aviones en vez de la bodega y de acompañar en una variedad de espacios, tales como universidades, colegios, oficinas, supermercados, entre otros. Estos animales están capacitados para brindar apoyo terapéutico en casos de ansiedad, estrés, problemas conductuales, autismo, y otras condiciones similares. 


La integración de perros de apoyo emocional en el entorno universitario no solo representa una tendencia en alza, sino también un testimonio del compromiso de las instituciones académicas con el bienestar integral de sus estudiantes. Manejada con rigor y conciencia, incluso de quienes deben entender que estos perros están en labores de cuidado, su presencia en el campus no solo proporciona consuelo y compañía, sino que también fomenta un sentido de comunidad y conexión emocional con los demás.  

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