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Sara Montoya García / sara.montoyag@upb.edu.co

La casa común

Es cierto que cada uno de nosotros, o la mayoría, está confinado en su casa, y todo esto es una oportunidad magnífica para conocer el hogar, para valorar el techo que nos cubre, las paredes que nos dan intimidad. Para valorar el suelo que nos da soporte y la ventana o el balcón que nos permiten saber que existe un otro. Estamos descubriendo rincones de la casa que no conocíamos, sintiendo las baldosas frías bajo los pies descalzos y permitiéndonos pactar todos los días una cita con nosotros mismos (unos días mejores que otros). Estamos cuidando y valorando la casa, quizás, más que nunca, ¿y por qué? Porque ahora, en medio de una situación preocupante y amenazante, nuestro hogar es nuestro refugio, el lugar seguro, la posible salvación, lo que nos guarda. ¡Está perfecto!


Esta pareja de los que se conocen como zorros-perro llegó al jardín de una vivienda en El Poblado en los primeros días de mayo. Un usuario envió el reporte electrónico al Área Metropolitana del Valle de Aburrá. Foto: César Echeverri.


Ahora bien, ¿qué es lo que está pasando en este momento con la casa común? La casa común es el mundo, la Tierra, la que siempre nos ha salvado, guardado y cuidado. ¿Cómo ha sido y cómo es nuestra relación con ella?, ¿la estamos escuchando ahora así tal como nos ha estado murmurando nuestra casa en estos días?


En plena pandemia conmemoramos el Día de la Tierra, como ella se lo merece: en paz. De hecho, en ciertos lugares del mundo se puede notar la diferencia: ríos limpios, los canales de Venecia descontaminados, la aparición de distintos animales en calles de ciudades como ciervos en Nara, Japón; pavos reales en Madrid, España; zarigüeyas en Neiva; delfines en la bahía de Cartagena; y hasta un zorro en Bogotá… Las nubes de esmog se disolvieron en varias ciudades capitales del mundo y, si salimos a mirar el cielo, cada vez más podemos vislumbrar las estrellas. Tampoco es tiempo de decir que nosotros somos el verdadero virus, porque de alguna manera hacemos parte de la naturaleza y somos animales que la habitamos, pero ¿qué viene después de la pandemia? ¿Volveremos a invadir sus territorios como si nada hubiera pasado? Es tiempo de configurar ese tipo de reflexiones.


Ya que estamos aprendiendo tanto de cómo valorar y convivir con nuestro propio hogar, ¿seremos capaces de volver a vivir en la Tierra de una manera distinta, menos acaparadora, más responsable y equitativa? ¿Seremos capaces de cuidarla como se cuida un hogar?


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Columna elaborada en el curso Periodismo VI, orientado por el profesor Darío Echeverri.








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