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  • Johanna Marcela Osorio Franco / Correo

El Mono con máscara de escritor. Una conversación con Daniel Tobón Arango

Una conversación en los intersticios de la rutina laboral de un joven escritor que revela cómo se abre camino una carrera en torno a las letras y en la Medellín de hoy.



Daniel Tobón es filólogo. Se estrenó en 2009 con "El Valle Encantado del Aburrá", ha sido columnista y promotor de lectura. Su cuento “Sueño dorado” fue seleccionado en el concurso ¿Cuál es tu cuento con el fútbol? de la Editorial UPB en 2017. Foto: Archivo de Daniel Tobón Arango.


Me recibió en donde trabaja, la Sala de Literatura de la Biblioteca de San Javier, allí estaba en un ambiente de paz, silencio y tranquilidad, sensaciones muy acordes con lo que transmite cuando habla. Consiguió este trabajo con el fin de sacar un libro adelante y le ha gustado mucho, jocosamente dice - si hubiera sabido que trabajar no era tan maluco, hubiera empezado a trabajar hace mucho-. Allí está en contacto con muchos libros todo el tiempo, lee tranquilo y se oxigena en la escritura.


Estuvo muy inquieto preguntando de qué se trataba la entrevista, sin percatarse de que la entrevista ya había empezado. Al principio asumí que estaba nervioso o que las entrevistas de personalidad le generaban cierta ansiedad.


Desde el principio develó que su sueño es que los escritores no paguen de su bolsillo, sino que publiquen por mérito.


Justo cuando nos estábamos acomodando para la entrevista, llegó su compañera de trabajo, María Paula. Ella tuvo voz en la entrevista, él la involucró en varios momentos, con respeto y cierta complicidad de colega conquistador.


Ahora mencionaste algo sobre las mujeres, ¿cuál es tu percepción al respecto?

Como diría Paulina Vega, es una pregunta muy difícil.


Tobón tiene un humor fino, natural y fluido, lo particular es que un simple comentario suyo tiene una carga de reflexión, sátira o crítica que genera risa y admiración.


Este siglo y el siglo XX y todo este asunto de la liberación femenina ha hecho que se den cuenta de que tienen gran poder.


Hace 200 o 300 años era muy difícil encontrar mujeres que escribieran, o escribían con seudónimos de hombres. La primera escritora de Antioquia fue Ana María Martínez de Nisser, escribió un diario de una guerra y denuncia asuntos en los que las mujeres de cierta forma no podían participar. Luego en el Siglo. XX, María Cano fue la primera mujer líder social en Antioquia, luchó por los derechos de las mujeres. Y cuando una niña hablaba con rebeldía de política le decían: '¡usted es una mariacanito!', de forma despectiva.


Voy a hacerte un par de preguntas y me contestas lo que se te venga a la mente.

¡Qué susto esas cosas así! Esas que son todas psicoanalíticas.


¿Rasgo más característico tuyo?

¡Juepucha! Soy muy descomplicado y relajado con la vida.


¿Mayor defecto?

No tener la capacidad para definir mi mayor defecto. No sé definir mis defectos, no me gusta pensar en eso.


¿Mayor cualidad?

Hablar mierda. La palabra. Si quieres, pones hablar mierda, no tengo problema jajaja.


¿Empleo soñado?

Escribir junto al mar. Viajar y escribir, en el mar o en el campo. Puede mutar el paisaje, pero es escribir.


¿Dónde quisieras vivir?

Me gustaría viajar por muchos lugares y escribir en tiempos determinados, conocer Grecia, Florencia, Austria. Pero al final, a mí me gusta Colombia, me gusta Medellín y estar en contacto con mi realidad, siento que no me iría de aquí. Por más caos que vivamos, Medellín me gusta mucho. Es una relación de amores y de odios, odio muchas cosas que pasan, pero al mismo tiempo me desprendo de eso. Aunque de pronto para vivir tranquilo, viviría en San Bernardo del Viento a orillas del mar jajaja.


Pasemos al tema de los libros favoritos.

Un libro que quiero mucho es La divina comedia, fue el que me empujó a escribir, fue el que me impulsó. Lo leí a los 19, me ayudó a escribir mi primer libro. También El Amor en los Tiempos del Cólera de García Márquez, Cien Años de Soledad, Frankenstein de Mary Shelley, Siddhartha de Hermann Hesse y cualquier libro de Shakespeare.


Como escritor, prefiere la novela, se siente más cómodo con ella, le permite experimentar y escribir sobre muchas cosas.


Intenta no tener muchas cosas favoritas, no casarse o comprometerse con algo a que sea su favorito. La vista es el sentido que más aprovecha, disfruta mirar cada cosa con detalle.


Si pudieras elegir algún súperpoder, ¿cuál sería?

Sería muy bueno volar. El asunto de volar sería viajar, o sea, mi súperpoder es volar o teletransportarme como Gokú (su caricatura favorita, entre todas las favoritas que tiene).


No tiene seudónimo. Le dicen el Mono en su unidad, pero siempre firma con su nombre completo.


¿Cómo recuerdas la infancia?

Tuve una infancia feliz con un amigo de verdad, nunca tuve amigos imaginarios, he sido súper racional, cero fantasía. Tal vez por eso no creo en nada.


Otro compañero entró a la oficina y se quedó mirándonos, a lo que Daniel le dijo: "parce, la fama jajaja". María Paula concluyó: "uno no sabe con quién trabaja, marica".


Bromeamos un rato sobre su fama, aunque Daniel siente que es un desconocido y que sólo lo conocen sus amigos. Cuando la gente se le acerca a preguntarle sobre algo que escribió, le da mucha pena. Encuentra mucha tranquilidad en otras cosas, para que no me quedaran dudas de eso, citó a Jorge Enrique Abello: “la fama es la antesala del olvido”.


Definitivamente es un hombre sensible y emotivo, al hablar de sus mascotas, salen a flote sentires profundos e íntimos, sus ojos se aguan cuando habla de su Negrita, una gata muy especial para él; advierto que va a llorar. Desistí del tema.


- Jugaba con las botas puestas y la capa del zorro. Siempre he vivido en la misma Unidad, entre Poblado y Aguacatala, soy de la generación que creció en unidades cerradas y no en barrios. Mi infancia fue muy tranquila y feliz. Me gusta la persona que soy hoy y eso es gracias a las cosas buenas y malas. Aunque uno también se pone muchas máscaras -.


Su mamá le leía cuentos de Rafael Pombo y él se los aprendía de memoria, pero leer no estaba en sus preferencias, era muy dedicado a jugar fútbol. La lectura llegó un poco tarde, terminando el colegio, motivado por su profesora de español que lo acercó a la universalidad de la escritura.


He visto que, aparte de la escritura, incursionas en la caricatura, desde la crítica y la sátira. ¿Te consideras un crítico de la sociedad?

Esa es mi forma de contribuir, mi forma de hacer política, de cambiar el mundo. Esa es la ilusión de uno desde la escritura y desde los dibujitos. No todos podemos participar en política, cada quien aporta desde su campo y los dibujitos, aunque parezcan muy infantiles, tienen mucho contenido.


En cuanto a las posibilidades para crecer como autor de creaciones literarias, ¿qué ofrece Medellín?

Nadie va a hacer las cosas por uno, lo más importante es creer en uno mismo. Vivimos en un país donde poca gente lee y el reto está en ser un poquito emprendedor, en mi caso, vender mis propios libros y tratar de posicionarme. Por eso el sueño de la editorial. La gente es muy cerrada y desconfiada de lo local, muchas veces necesita que una multinacional o una gran empresa legitime las cosas. Cuando publiqué mi primer libro, la gente lo primero que miraba el logo de la editorial, yo sabía que eso iba a pasar y por eso me inventé un logo.


El Valle Encantado del Aburrá fue tu primer libro, ¿cómo es tu relación con él?

Es una relación de amor y vergüenza, fue lo primero que escribí, considero que es muy tierno. Es ver a un Daniel de hace 10 años, ver cómo ha cambiado, apenas estaba aprendiendo a escribir y no había escrito nunca, a uno le da un poquito de pena y de timidez. Cuando uno escribe está expuesto, entrega el alma y muestra cosas muy profundas, me siento un poquito vulnerable y desnudo.


El Valle Encantado del Aburrá tiene 226 páginas y 38 capítulos, está inspirado en la obra maestra de Dante Alighieri y la escribió en 2009, aunque no la publicó hasta 2017.


En 2010, haciendo el pregrado de Filología Hispánica en la Universidad de Antioquia, en uno de los paros que duró 4 meses, escribiste el segundo libro, a su vez primera novela, Un Amor de Mierda.


Quise intentar acercarme a lo que es el amor y el dolor luego de haber perdido al amor. No solamente fue de experiencias personales, sino que hice algunas lecturitas sobre qué es el amor, todo ese tipo de cosas y eso salió. Traté de escribirlo como si fuese una especie de conversación de una forma muy simple y contundente.


El término Mierda tiene muchas connotaciones y en ese libro también, especialmente desde los prejuicios y sus significados.


Para escribir le basta tener consciencia de la realidad, suele partir de lo que siente, lo que le duele y lo que especula. En general cree que puede escribir sobre cualquier cosa.


Le da miedo dejar de ser Daniel y perder la memoria. Justo contándome esto, María Paula intervino y nos contó que el señor que había acabado de salir, tenía Alzheimer y llegó buscando un libro que le recomendaron para evitar perder la memoria " y se llevó el Otoño del Patriarca, marica". Ambos quedaron desconcertados, fue un comentario interno de colegas.


Daniel Tobón, el Mono de cabello rizado, rostro pulido y mirada reflexiva, transmite una mezcla de inocencia y sabiduría que le dan un toque de hombre interesante. Cuando transcribí la entrevista, supe que no es tímido, ni las entrevistas de personalidad le causan tantos nervios o ansiedad como lo pensé en un principio, simplemente es reservado.


Considera que la felicidad es una palabra complicada y significa que no te duele nada, que no sufres y a él le duele el mundo, le duele Colombia. Así que no se siente feliz, sino contento.






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