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  • Laura Melissa Moncada Rodas /

EN MEDELLÍN CRECEN TODAS LAS FORMAS DE LUCHA

Las artes marciales mixtas conocidas como MMA que son sus siglas en inglés, son un deporte de combate y contacto que reúne varias técnicas y estilos dentro del mismo enfrentamiento; inicialmente los combates estaban protagonizados por deportistas de distintas disciplinas, un boxeador contra un judoka o un karateca contra un luchador, por ejemplo...


La veladas de combate sirven ahora para que los deportistas se clasifiquen a eventos internacionales .

Foto: Último Guerrero en Pie.


Este deporte gana cada vez más atención en Colombia y particularmente en Medellín. Sus orígenes fueron a principios del siglo XX en Brasil en la década de 1920 con el Vale Tudo que significa todo se vale y era una modalidad poco regulada, que rozaba la ilegalidad, pues los peleadores se podían valer de cualquier técnica en el momento de la pelea y los enfrentamientos podían ser entre deportistas que dominaban diferentes artes marciales. La práctica se extendió definitivamente en 1960 en Estados Unidos, gracias al Gracie Challenge, un reto en el que los pioneros del Jiu Jitsu brasileño llegaron de ese país para retar a otros practicantes de deportes de contacto a un enfrentamiento para demostrar que su arte marcial era más efectiva en esas circunstancias; posteriormente en 1990, la familia Gracie importó esta modalidad y la convirtió en la marca UFC (Ultimate Fighting Championship), que tuvo en 1993 se realizó el primer evento oficial en Denver, Colorado que tuvo como pelea estelar la de Royce Grace y el boxeador Art Jimmerson.


En la expansión por diferentes países y acumulando más adeptos, llego el turno de Colombia. Las artes marciales ya se practicaban al amparo de entidades oficiales y organizadas muchas de ellas en ligas formalmente constituidas, como sucede con deportes como el Boxeo, Karate, Taekwondo, Kung Fu y Lucha Olímpica. En Medellín, no hace más de doce años que, con la llegada de pioneros en la materia como Will Pulgarín, con su conocimiento en el Jiu Jitsu en grado de cinturón negro, se formó el primer equipo de Artes Marciales Mixtas, conformado por Jaime Agudelo, Wilber Molina, entre otros.


La primera generación de estos peleadores incluye deportistas como Ignacio Márquez, Oter Castaño, Carlos Cardona y Rubén Villa, quienes dirigidos por el profesor Jaime Agudelo empezaron a abrirse paso y a dar a conocer el deporte en pequeños eventos en el Valle de Aburrá. La primera velada de combates en la que ellos estuvieron fue en una discoteca del Barrio Colombia, en la Comuna 14 de Medellín. Iniciar no fue tan fácil, según cuenta el profesor Agudelo: encontrar patrocinio, aprender sobre la adecuada organización de los eventos que se hacían como intermedio de las jornadas en las discotecas y por eso los combates a veces tenían que esperar casi hasta la hora de cierre de los establecimientos.


Por situaciones como esas, los eventos en discotecas no duraron más que uno o dos años, según Jaime Agudelo. El trago y los combates eran una mezcla que debilitaba las barreras del respeto y la tolerancia hacia los deportistas. A mediados del 2011 comenzó el proyecto denominado Ultimo Guerrero en Pie –UGP-, como organización promotora de eventos, con lo cual el deporte mejoró en reconocimiento, condiciones de seguridad y regulación para los peleadores profesionales y aficionados. Curiosamente, desde el primer evento en 2012, el principal apoyo ha sido el de las Hermanas Franciscanas en el Colegio Palermo San José en El Poblado, cuyas instalaciones han servido para realizar entre cuatro y cinco veladas cada año, con creciente apoyo del público. La última ocasión se contaron cerca de 2 000 asistentes al coliseo de ese colegio.


Las siguientes generaciones de peleadores fueron dirigidas y guiadas por aquellos que entraron a la jaula por primera vez en Medellín. Entre las nuevas figuras están Sebastián Piedrahita “Pitbull”, Estefano Santa Cruz, Daniel Holguín, Esteban Rave, Ángelo Ospina, el bogotano John Zarate The problema, entre otros que tienen rutinas de alto rendimiento y demuestran mayor dominio de las disciplinas que conforman las artes marciales mixtas.


También existe un grupo de peleadores colombianos que tiene proyección internacional entre quienes están Sabina Mazo y Alejandra Lara, que se destacan en la organización Bellator MMA en California, y Julio Arce, debutante en la reconocida UFC.


Medellín cuenta con academias privadas, muy completas y aptas para preparar nuevos peleadores como MMA Colombia, conformada por el profesor Jaime Agudelo en el sector la Aguacatala, Submission Clan donde da clases Wilber Molina en Belen, Muay Thai Medellín, donde se formó Sabina Mazo en el sector Las Palmas, entre otros centros de entrenamiento que han creado Oter Castaño enfocado en el Jiu Jitsu brasileño e Ignacio Márquez, enfocado en la Lucha Olímpica y Grecorromana y entidades públicas como la Liga de Boxeo, la Liga de Lucha de Antioquia, entre otras, ubicadas en el sector estadio en Medellín.


Las Artes marciales mixtas despiertan en las personas pasión, alegría, expectativa y en ocasiones, un poco de miedo. Asistir a una velada de peleas es una gran descarga de adrenalina, los asistentes apoyan a los peleadores; la familia, equipo de entrenamiento y los alumnos se unen gritando hasta el final de cada encuentro, esperando la victoria. Lo más notable es que, sin importar el resultado, todos los peleadores gozan de gran respeto y reconocimiento. Aunque en Antioquia y el resto de Colombia sigue faltando más apoyo y una divulgación que desmonte el imaginario violento que prima sobre él, las Artes marciales mixtas continúan, ejemplo de lo cual es el UGP 11, de nuevo, en el Coliseo del Colegio Palermo San José.





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