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  • Mariana González Múnera /

CAMPOAMOR TIENE MUSEO MUNDIALISTA Y UN LÍDER QUE CUMPLE SUEÑOS

“Mi nombre es servicio, mi apellido es honesto, vivo en el barrio Campoamor y trabajo por la paz del mundo”, así se presenta ante la gente Javier Rodas, un soñador incansable que se dedica al servicio y crecimiento del deporte en su barrio Campoamor, su meta es hacer realidad el sueño de jóvenes deportistas, que todos sean partícipes de eventos deportivos y hacerlos visibles ante la comunidad.


Las dificultades que todo niño soñador y sin suficientes recursos tiene, pueden ser superadas. No tener con qué comer, jugar descalzo con su pelota y sus padres luchando por sostenerlo a él y a sus hermanos no fue impedimento para que Rodas tuviera la iniciativa de lanzarse y apostar todo por el fútbol, deporte que hoy día le ha dado reconocimiento en su barrio y experiencia laboral.


Campoamor su casa

El barrio Campoamor es conocido por ser una comunidad hecha por obreros, operarios y trabajadores inalcanzables, toda su historia está escrita por familias numerosas caracterizadas por su generosidad, persistencia, amabilidad y lo más importante, la cercanía que todos se tienen.


Rodas no contaba con el apoyo de su padre, pues no le gustaba que sus hijos practicaran fútbol, o mucho menos que lo vieran como un estilo de vida, como la profesión que les daría un hogar y la estabilidad personal. Ante esta problemática, todos sus hermanos lucharon por lo que les gustaba e hicieron realidad el sueño de jugar algún deporte, hasta sus hermanas, limitadas por el machismo de la época en donde una mujer no podía hacer lo mismo que los hombres, lograron jugar diferentes deportes, incluso fútbol.


Más que un trofeo, la meta principal de Javier Rodas es hacer feliz a su comunidad, así como lo es él, brindando ayuda a los más necesitados. FOTO Mariana González Múnera.


Aporte a la niñez

Su carrera inició en el equipo representativo de su barrio Campoamor, el trayecto por la Pony Fútbol y por diferentes equipo infantiles de Antioquia donde vivió la dura experiencia de que no es fácil salir adelante en el fútbol cuando no se tiene la ayuda suficiente para debutar en un equipo profesional, sin embargo, pudo jugar a sus 17 años en el Envigado Fútbol Club y haciendo parte de equipos como Once Caldas, intermunicipales, equipo Dinastía, equipo de Supía y entrenar con Atlético Nacional.


Tras su paso por diferentes equipos profesionales, surgió la curiosidad por los temas en relación con el cuerpo humano y su anatomía, esto lo llevó a estudiar semiología, anatomía, asistió a seminarios, estudió deportes y realizó diferentes cursos específicos que giran siempre en torno al deporte. “Cuando yo jugaba con el equipo de Envigado, me llamaban para revisar a cualquiera que se caía y yo sin saber nada, pero me causaba mucha curiosidad y por eso empecé a estudiar la anatomía del cuerpo humano y ahora esa es la razón de ser”. Por eso tomó la decisión de liderar un proyecto de apadrinamiento, llamado el Plan abrígame, que busca ayudar a niños soñadores de escasos recursos del departamento de Antioquia.


Esta labor consiste en brindar apoyo a 50 niños de escasos recursos en épocas navideñas por medio de padrinos que regalan juguetería, balones de fútbol, ropa y cobijas. Rodas viene llevando a cabo esta iniciativa hace aproximadamente 10 años y quiere lograr, desde este año, que muchos más niños puedan recibir este tipo de ayuda. Sin embargo, se requieren más de 100 padrinos, los cuales él mismo intenta reunir para aportarle a este proyecto de inclusión y motivación. “La gente se hace fácil al querer motivar a los niños y brindarles un apoyo distinto al que suelen tener en su día a día, en sus familias y en sus sueños deportivos”, expresa Rodas cuando habla de la importancia de tener presente a personas que quieren intervenir y materializar los sueños a estos niños.


La formación deportiva es fundamental para el proceso de crecimiento, Javier Rodas busca darle apoyo intensivo al deporte en su barrio, Campo Amor. FOTO Mariana González Múnera.


Proyecto de alegría

En Campoamor, Rodas creció como persona y lo hizo ser lo que es ahora, su casa, que es el lugar de atención y servicio, lleva el nombre de este lugar: Centro Terapéutico Campoamor, además, la calle en donde está situada su casa la bautizó con el nombre de “La Cuadra de la alegría”, esto se debe a que él quiere que todos participen en los eventos deportivos que el realiza. A esto se le suma el museo mundialista, que se realizó por segunda vez consecutiva, esta vez con el Mundial Rusia 2018. Rodas expresa que “el museo mundialista tiene una colección de fotos y artículos referentes al barrio y su historia deportiva, y que merece ser conocida porque somos una fuente principal en la historia del fútbol antioqueño”. Otra iniciativa que puso en práctica fueron las diferentes actividades lúdicas que coincidían con las fechas de los partidos de la Selección Colombia.


La Cuadra de la Alegría pasó por un proceso de decoración con los colores y símbolos patrios, aludiendo a la participación de Colombia en el pasado Mundial de Rusia 2018. En la calle está pintada la camiseta de la Selección. “Lo que se pretendió hacer fue que todo el barrio Campoamor se uniera a la fiesta del Mundial, formando parte de la mancha amarilla como muestra de apoyo a nuestra Selección, también, ubiqué una pantalla gigante para ver los partidos, comida y juegos, todo esto hizo parte del proyecto y del museo mundialista”.


El Profe, como es conocido Javier Rodas, hace parte de la dirigencia de la acción comunal de su barrio, y coordina la sección de deportes de este mismo. Los frutos de esta iniciativa se están viendo, pues su dedicación y empeño en hacer las cosas le ha demostrado a la gente que vale la pena pensar en las demás personas, “trabajando por la paz del mundo”, como expresa Rodas, quien simplemente está cumpliendo sus sueños.




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