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  • Alejandra Ceballos López /

Lecciones del periodismo iberoamericano: Vice, una idea por el romanticismo

Desde hace cinco años, el Festival Gabo, reúne lo mejor del periodismo iberoamericano en torno a talleres, conversatorios y conferencias que buscan acercar el público a las nuevas tendencias y trabajos innovadores que puedan inspirar a nuevos talentos a guiarse por un mejor camino. En la última versión del certamen, periodistas de medios y proyectos como En Malos Pasos, Efecto Cocuyo, La Pulla y Pacifista contaron cómo es cubrir Latinoamérica, una región violenta, y cómo lograr sortear la censura, conseguir fondos, y otras realidades que enfrentan los periodistas del continente. Camilo Jiménez, director editorial de Vice Colombia y Pacifista, un proyecto propio de la plataforma, contó cómo lograr una propuesta diferente para públicos jóvenes que parecen tan apáticos a temas más profundos.


¿Cómo nace la iniciativa?

Nace como un proyecto propio de Vice Colombia, en 2014, cuando estábamos buscando ideas de un proyecto que pudiera ser la oferta de Vice Colombia para la paz. Pacifista nació en la redacción. Lo que ocurrió es que al momento de buscar fondos, los primeros que encontramos fueron unos que estaba ofreciendo de manera abierta la oficina del Alto comisionado para la Paz. De ahí surgió una alianza de financiación que nos permitió trabajar de una manera independiente, autónoma y crítica al proceso. Esa financiación se acabó hace dos años y medio y desde eso Pacifista no recibe dinero del gobierno.


Suena romántico, e inocente, pero, ¿ustedes desde su iniciativa han pensado en querer cambiar el mundo?

No creo que sea algo inocente o alejado de la realidad. Finalmente, si te fijas, una muy buena parte de la humanidad está intentando hacer eso; el problema es que mucha gente trata de hacerlo para su propio beneficio, o con intenciones no tan benévolas, pero finalmente vemos organizaciones en el mundo entero que están tratando de cambiar la realidad por una buena causa. El periodismo, casi que por definición, en sí mismo es un oficio que busca eso: cambiar las cosas. El problema es que no tiene tanto poder como sí podrían tener otras áreas del conocimiento. Por lo tanto, Pacifista al considerarse un medio periodístico independiente y crítico, sí está intentando cambiar las cosas. ¿Qué puede cambiar el periodismo? Yo creo que siendo muy modestos, nosotros podemos cambiar la forma en como las personas ven el mundo. Con esto no estoy diciendo que nosotros queramos lavar cerebros, sino que queremos formar opinión, es decir, ayudarle a la gente a entender qué sucede en su entorno y qué puede hacer para que las cosas mejoren.


¿Qué es fundamental para un medio que quiera propiciar una cultura más crítica en las personas?

Básicamente dos cosas: por un lado, los medios periodísticos deben saber que no pueden perder sus raíces, y eso es algo que se aprende en la universidad o en la práctica. Las raíces del periodismo son cosas muy básicas, el compromiso hacia la ciudadanía, hacia la verdad, o al menos hacia la verificación y un compromiso a la justicia, no en el sentido de querer reemplazar a la justicia, porque no es ni debería ser nuestra tarea, sino en el sentido de darles siempre una oportunidad de hablar a las personas, de contrastar, de escuchar al denunciado, buscar los grises en los asuntos. Debemos ser fieles a la verdad y recordar que nuestro compromiso directo e inicial es con las personas, no con las empresas.


¿Cómo darle voz a todos en países, como los latinoamericanos, que son tan violentos y en los que suele haber autocensura?

Uno como periodista necesita hacer tres cosas: ser justo, ser veraz y estar comprometido con el ciudadano. Estas tres cosas empiezan a tambalear cuando uno no puede ejercer su oficio como debería hacerlo.


Yo siento que las circunstancias que están definiendo la realidad de los medios en Colombia están haciendo que seamos menos veraces, menos comprometidos con los ciudadanos, y lamentablemente estamos dejando de ser justos.


En medio de estas circunstancias uno puede seguir siendo un buen periodista si uno, así como los

católicos no olvidan el padre nuestro, se toma el tiempo de reflexionar todos los días reflexionar sobre sus principios. Si todos hacemos eso, los medios van a mejorar a pesar de las circunstancias. Como dijo Daniel Coronell, el país tiende a tener mejores periodistas que medios, yo creo que eso debería ser una base para seguir fortaleciendo los excelentes profesionales que hay en el país.


¿Hay espacio para libertad de expresión?

Es una pregunta cuya respuesta debe ser cuidadosa, porque uno no puede generalizar. Tú comparas la situación nuestra con Alemania, y está difícil, no solo por las presiones de seguridad, sino también las presiones financieras han afectado el nivel de libertad que tenemos para trabajar, pero si tu comparas la situación de Colombia con Venezuela, Cuba o lugares donde casi que ni existe el periodismo, como Corea del Norte, obviamente Colombia no está tan mal.


Depende del punto desde el que uno esté mirando las cosas, y yo creo que eso siempre es saludable para no perder la claridad y la capacidad para ver que las cosas no están tan mal; pero que no estén tan mal, no quiere decir que estén súper bien.


En Colombia tenemos problemas de libertad de expresión y eso no es una opinión, hay investigaciones que lo demuestras, estudios realizados por organizaciones como la FLIP. La libertad de expresión sigue siendo muy afectada en este país, especialmente en poblaciones rurales donde ha habido un abandono por parte del estado y poco interés por parte de los medios grandes por apoyar iniciativas. Tenemos zonas silenciadas, donde no hay medios de comunicación o donde los únicos medios de comunicación del ejército o las fuerzas armadas.


Sin embargo, por un lado tenemos medios que no pueden ejercer la libertad como quisieran, y por el otro tenemos una situación novedosa y es la capacidad de participar de manera más libre plataformas digitales. Todas son cosas que contribuyen a equilibrar la balanza en la libertad de expresión.


Como conclusión todavía hay mucho que hacer, y no es solo responsabilidad del estado sino también de los medios de comunicación.


¿Cuál es la clave para impactar cuando se quiere ser menos sensacionalista?

La clave está se encuentra justamente resolviendo el problema que plantea la pregunta. El impulso de impactar muchas veces está afectando la necesidad y el deber de ser serios, ecuánimes y periodísticos, entonces la solución está en buscar una formula que nos permita impactar sin afectar la calidad. Ahí no hay todavía una respuesta a esa pregunta, nadie ha encontrado la fórmula mágica.


Por experiencia, como editor de Vice Colombia y Pacifista, es que parte de la respuesta puede encontrarse en algo muy básico: en el oficio del periodismo, en las premisas fundamentales de la profesión: contar la verdad, ser justos, ser independientes y pensar siempre en los derechos de los ciudadanos. Es algo que no nos va a quitar nadie.


Por otro lado, hay que saber llegar y para eso, uno tiene que tener estrategia y conocimientos. La fórmula trae por un lado, el periodismo, que sean raíces muy fuertes y muy vivas, en las redacciones, pero por otro lado requiere que estemos muy actualizados, preparados por todos los medios que puedan tenerse y sobre todo con los conocimientos más actuales para actuar con estrategia, para saber exactamente como tener una estrategia digital, crear una comunidad.


"El periodismo, casi que por definición, en sí mismo es un oficio que busca eso: cambiar las cosas".

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